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      Socialismo, gobierno limitado, anarquía y biquinis

      Unknown · ancapism.marevalo.net / El Ancapista Pragmatico · Wednesday, 4 November, 2015 - 08:18 · 3 minutes

    Traducción propia del capítulo Socialism, Limited Government, Anarchy, and Bikinis por David Friedman, en la versión disponible originalmente en su web y que pertenece al libro The Machinery of Freedom que ya he reseñado en otra entrada .

    La mayoría de los socialismos asumen implícitamente un acuerdo unánime en las metas. Todo el mundo trabaja para la gloria de la nación, el bien común o cualquier otro objetivo, y todo el mundo está de acuerdo, al menos en algún sentido, en lo que esas metas significan. El problema económico, definido tradicionalmente como el problema de asignar recursos limitados a distintos fines, no existe; la economía se reduce al problema "técnico" de cómo usar mejor los recursos disponibles para conseguir ese fin común.

    Sin embargo, la organización de una sociedad capitalista asume implícitamente que distintas personas buscan distintos fines y que las instituciones de la sociedad deben permitir esa diferencia.

    Esta es una de los argumentos detrás de la pretensión socialista de que el capitalismo fomenta la competición mientras que el socialismo fomenta la cooperación; es una de las razones por las que el socialismo parece, de un modo abstracto, un sistema tan atractivo. Si todos tenemos findes distintos, estaremos, en cierto sentido, en conflicto entre nosotros; cada uno de nosotros desea usar los limitados recursos para sus propios fines. La institución de la propiedad privada permite que exista cooperación dentro de esa competición; comerciamos entre nosotros para que cada uno pueda usar sus recursos del modo que mejor convenga para sus fines, pero el fundamental conflicto de intereses permanece. ¿Significa esto que el socialismo es mejor? No más que el deseo de tiempo soleado obligara a las mujeres a llevar siempre biquini o a prohibir que los hombres lleven paraguas.

    Existe una diferencia entre lo que unas instituciones permiten y lo que obligan. Si en una sociedad capitalista todo el mundo estuviera convencido de la bondad de un objetivo común no hay nada en las estructuras de las instituciones capitalistas que les impidera cooperar para conseguirlo. El capitalismo permite el conflicto de intereses; pero no es obligatorio.

    El socialismo no lo permite. Esto no significa todo el mundo vaya a coincidir instatáneamente en sus fines si montáramos instituciones socialistas. Este experimento ya se ha probado y la gente no coincidió. Esto significa más bien que una sociedad socialista solo funciona si todo el mundo tiene las mismas metas. Si no es así el sistema de desmoronará o, peor aún, se convertirá, tal como le sucedió a la Unión Soviética, en una monstruosa parodia de los ideales socialistas.

    Este experimento se ha hecho varias veces a escala más modesta en los Estado Unidos. Las comunas que han sobrevivido lo han hecho porque empezaron con un objetivo común, ya fuera este aportado por una religión firme o un líder carismático. Las que fracasaron no tenían ese fin común.

    He encontrado exáctamente el mismo error entre los liberales que prefieren un gobierno limitado por encima del anarco-capitalismo. Un gobierno limitado, dicen, puede garantizar una justicia uniforme basada en principios objetivos. En el anarco-capitalismo las leyes varían de un lugar a otro y de una persona a otra, de acuerdo con los deseos irracionales y creencias de los distintos clientes de las distintas agencias de protección e intermediación.

    Este argumento asume que el gobierno limitado ha sido montado por una población que mayoritaria o unánimemente creen en los mismos principios legales. Pero bajo las condiciones iniciales de dicha población, el anarco-capitalismo producirá exáctamente la misma ley uniforme y justa; no habría mercado para ninguna otra. Del mismo modo que el capitalismo puede acomodarse a la diversidad de los fines personales, el anarco-capitalismo puede acomodarse a una diversidad de opiniones personales sobre la justicia.

    Una sociedad objetivista ideal con un gobierno limitado es superior a una sociedad anarco-capitalista en justamente el mismo sentido en el que una sociedad socialista ideal es superior a una sociedad capitalista. El socialismo funciona mejor con gente perfecta de lo que lo hace el capitalismo con gente imperfecta; un gobierno limitado funciona mejor con gente perfecta de lo que lo hace el anarco-capitalismo con gente imperfecta. Tambien es mejor llevar un biquini cuando brilla el sol que un abrigo cuando llueve. Pero no hay razón para no llevar un paraguas.