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      El verdadero problema de las ciudades de 15 minutos

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Thursday, 20 April, 2023 - 13:00 · 4 minutes

    Matthew McCartney . Este artículo fue originalmente publicado en CapX .

    En febrero, una protesta contra las medidas de reducción del tráfico tomó un cariz sorprendente. Entonces, unas 2.000 personas salieron a la calle portando pancartas con lemas sobre «guetos de 15 minutos», «el nuevo orden mundial» y exhortando a los espectadores a «despertarse, gente, despertarse». La histórica ciudad se ha convertido en un foco de teorías conspirativas muy modernas en torno al concepto de ciudades de 15 minutos. Pero estos manifestantes no entienden nada. Olvídense de la idea de que siniestros urbanistas quieren encerrar a la gente en ciudades-prisión; la verdadera pregunta es: ¿de quién son los 15 minutos?

    En realidad, la «ciudad de 15 minutos» no es más que un nuevo eslogan concisivo unido a un viejo concepto. Los urbanistas llevan años hablando de la importancia del localismo y de los barrios de usos mixtos. Fue un componente destacado en las campañas electorales de Anne Hidalgo , alcaldesa de París desde 2014. La gloriosamente extravagante nueva ciudad de 500.000 millones de dólares en Arabia Saudí Neom – The Line , aunque tiene 170 km de largo (y solo 200 metros de ancho), ha prometido que los residentes tendrán acceso a todas las instalaciones a menos de cinco minutos a pie. La idea de una zona que proporcione a sus residentes educación, asistencia sanitaria, trabajo y cultura a menos de 15 minutos en bicicleta de casa suena bien. Pero el gran problema es la desigualdad.

    Ganadores y perdedores

    Es probable que la creación de ciudades de 15 minutos encierre prosperidad para algunos y privación en otras burbujas urbanas. El fenómeno ya se ha observado en todo el mundo con el auge de las urbanizaciones cerradas . Tomemos como ejemplo la ciudad escocesa de Glasgow. Algunas burbujas urbanas de la ciudad se caracterizan por una amplia prosperidad y otras por la privación crónica, la pobreza infantil, el elevado número de suicidios juveniles y el alcoholismo. La desigualdad más llamativa no se da entre Glasgow y otras ciudades y regiones del Reino Unido. Se da entre las distintas zonas de Glasgow, donde la esperanza de vida masculina puede diferir en más de 15 años.

    Yo vivo en Tooting Broadway, al sur de Londres. Tengo la suerte de contar con una consulta médica, un supermercado, un bonito pub, una guardería, una estación de metro y un parque. Todo ello está a menos de 15 minutos a pie de la puerta de mi casa. Puedo trabajar desde casa para grupos de reflexión internacionales y, como muchos de mis amigos londinenses, no tengo coche porque no me hace falta. Si quiero cruzar la ciudad para ir a restaurantes y salir de noche, puedo coger taxis o el transporte público. En otras palabras, me muevo por la ciudad de los 15 minutos a mi placentera conveniencia. Pero mi comodidad depende del trabajo de otros. La mano de obra local de los servicios mal pagados en cafeterías, restaurantes, supermercados y empresas de reparto como Deliveroo. Mi ciudad de 15 minutos es la trampa económica de otros.

    Las ciudades y el mercado laboral

    Alain Bertaud ha escrito sobre « las ciudades como mercados de trabajo «. Un mercado laboral que funcione bien se estructura en torno a la interacción de una población diversa y empleos especializados en los que trabajadores, consumidores y proveedores intercambian mano de obra, bienes e ideas con facilidad. La ciudad de 15 minutos contradice este razonamiento económico. Los empresarios de éxito no seleccionan a sus empleados en función de su lugar de residencia; tampoco los trabajadores especializados seleccionan sus empleos en función de la proximidad a sus residencias.

    Trabajando a distancia en Londres, formo parte de un mercado laboral global que ajusta mis aptitudes y experiencia a la satisfacción laboral y los ingresos. Pero si la mano de obra que me permite hacerlo se limita a una ciudad a 15 minutos, se verá privada de elección de ocupación. Estará confinada al mercado laboral de una pequeña burbuja urbana. Algunas de esas burbujas están marcadas por buenos servicios y altos precios de la vivienda, y otras por malos servicios y precios de la vivienda más bajos; en cualquier caso, los pobres salen perdiendo.

    ¿Es la solución innovadora que necesitamos?

    Así que digo «sí» a algunas de las ideas (no muy innovadoras) de la ciudad de 15 minutos. Por ejemplo, más servicios locales como sanidad y educación, más comercios y cafeterías locales, un mayor énfasis en el uso local de la bicicleta y sus beneficios asociados para la salud y el medio ambiente. Pero en cuanto a convertirlo en un objetivo de la planificación urbana, es un «no» rotundo. Las ciudades pueden ser motores de crecimiento económico, reducción de la pobreza y oportunidades culturales y comerciales cuando funcionan con un mercado laboral que abarca toda la ciudad.

    Los pobres del Reino Unido, y luego de todo el mundo, escaparon de la pobreza de la vida agraria en el siglo XIX para aprovechar las oportunidades de la industrialización urbana. Intentar recrear pueblos de 15 minutos sería dar marcha atrás a 200 años de progreso social y económico. Las ciudades deben hacer hincapié en la asequibilidad (de la vivienda) y la movilidad (de la mano de obra) para ofrecer opciones a los pobres y garantizar que conservan su papel como motores del crecimiento económico integrador.

    Me encanta la sensación de 15 minutos cuando paseo por Tooting. Pero al crecer en una ciudad rural que tardaba el mismo tiempo en recorrer en su pintoresca totalidad, no veía el momento de marcharme. La razón por la que las ciudades han sido históricamente tan transformadoras socialmente es precisamente porque permiten a la gente escapar de sus burbujas de 15 minutos.

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      Bitcoin y elefantes rosas

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Thursday, 20 April, 2023 - 10:00 · 4 minutes

    Después de la quiebra del exchange FTX a finales del año pasado, ha habido un run run en los mentideros del mundo cripto sobre una posible operación política para excluir a los exchanges cripto del sistema bancario americano. Es la llamada operación chokepoint 2.0 , que ha pasado de ser considerada una teoría conspiranoica, a acabar demostrándose cierta.

    Una operación quirúrgica…

    El primer objetivo de esta operación fue el banco SilverGate, que era la principal entidad que ofrecía servicios a los exchanges cripto. Incluso les proporcionaba una red de conexión que permitía enviar dólares de un exchange a otro de forma casi instantánea.

    Dicen las malas lenguas que desde Washington se hizo correr el rumor que el banco tenía problemas, para así provocar una espantada de los depositantes. SilverGate ya padecía importantes dificultades, porque se vio afectado por el colapso de FTX, así que solo faltaba darle el golpe de gracia. Eliminar a SilverGate de la ecuación, un banco pequeño, parecía una operación de precisión quirúrgica. Y de hecho inicialmente así parece que sucedió, puesto que finalmente SilverGate se rindió y el pasado ocho de marzo inició un proceso voluntario de liquidación de la entidad. Esta noticia fuera del ámbito cripto apenas tuvo repercusión. No saltó a los medios.

    que acaba en escabechina

    Washington se las prometía felices, pero a los pocos días resulta que esa operación de bisturí acabaría por convertirse en una carnicería de serrucho y torniquete, cuando el problema se extendió al Silicon Valley Bank. Está relacionado con el mundo cripto, aunque con una ligazón algo distinta. En este caso, algunas empresas cripto eran las que tenían riesgo en el banco y no al revés. Muy en especial la empresa Circle, emisora de la moneda USDC. Una moneda que pretende valer siempre 1 dólar por unidad; una stablecoin.

    Ahora sabemos que los bancos medianos americanos en general ya estaban teniendo problemas serios porque sus activos se habían depreciado mucho debido a las subidas de los tipos de interés durante el último año. De modo que no fueron las maquinaciones de Washington por sí solas las que provocaron el problema, sino que estas maquinaciones cayeron sobre una situación que ya era muy delicada.

    Una operación política

    En fin, la historia ya la conocen los lectores. Silicon Valley Bank quiebra y junto con él también intervienen a Signature Bank. Un banco más parecido a SilverGate que daba servicios a exchanges cripto como Binance. Lo cierto es que si bien SilverGate estaba sufriendo salidas de depósitos, existen muchísimas dudas de que realmente estuviera al borde de la quiebra.

    Estas dudas se despejan cuando la administración establece como condición para el comprador de Signature que elimine a todos los clientes relacionados con cripto activos. Quedó entonces demostrado con casi total seguridad que la operación chokepoint 2.0 es una realidad, y que el gobierno no ha dudado ni un segundo en llevarse por delante todo un señor banco por una cuestión política y no económica. Vergonzoso.

    No es que yo le tenga especial simpatía a entidades como Binance, pero no por ello me parece bien que el gobierno haga este uso de su poder. Pero bueno, a estas alturas ya no nos escandalizamos por estas cosas. Estamos acostumbrados.

    Gobernantes con lanzallamas

    El caso es que todo este caos ha reavivado el movimiento anti-bitcoin en el establishment político y mediático, de manera que parecen querer restringirlo o incluso prohibirlo. Entre otras razones, uno de los principales argumentos es que Bitcoin no tiene respaldo ni tampoco ningún valor de uso. Que es inútil. Entonces, ¿Para qué prohibir una cosa que no sirve para nada? ¿Qué relevancia tiene? Si están en lo cierto, bastaría con ignorarlo pues debería morir más pronto que tarde.

    Imaginemos por un momento que una compañía aseguradora saca al mercado una extraña póliza de seguro de hogar que te asegura única y exclusivamente de la posibilidad de que el gobierno incendie tu casa. ¿Qué pasaría con la demanda de dicha póliza si un buen día nos desayunamos viendo que nuestros gobernantes se pasean por las calles blandiendo antorchas y lanzallamas?

    Pues a falta de un ejemplo mejor, esta es la sensación que tengo con Bitcoin. Bitcoin fue diseñado de manera expresa para resistir la prohibición de los gobiernos. ¡Menudo paranoico este Satoshi!, dirían algunos en su momento. Pero ahora resulta que el gobierno habría capitulado dándole la razón al creador de Bitcoin.

    Prohibir el éxito conduce al éxito

    Y es que además, me parece a mi que cuando el gobierno ordena “¡No use usted Bitcoin!” lo que va a conseguir es casi lo mismo que si ordenara “¡Prohibido pensar en un elefante rosa!”

    Y digo “casi lo mismo” porque lamentablemente creo que el gobierno sí que va a conseguir que algunos no piensen en elefantes rosas. Existen muchos ejemplos históricos de este tipo de restricciones. Ya pasó con el oro hace muchos años o con los hedge funds más recientemente. Me temo que, salvo que a imagen y semejanza del dólar en Argentina se desarrollen muchísimo los mercados negros de Bitcoin, lo que acabaremos teniendo son fuertes barreras de entrada que dejen fuera al ciudadano de a pie, de manera que solo algunos privilegiados tengan acceso a cantidades relevantes de Bitcoin.

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      ¿Habría coacción en crímenes sin víctima en una sociedad libre?

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Wednesday, 19 April, 2023 - 10:00 · 17 minutes

    Los seguidores de la tradición iusnaturalista pero también de la teoría política libertaria de Murray Rothbard pensamos que coaccionar a criminales que dañen los derechos de propiedad ajenos es algo justo y ético, no así, respecto a los llamados «crímenes sin víctima» (este término se usa en el lenguaje popular y por ello lo voy a usar, pese a ser contradictorio, ya que un criminal es aquel que daña derechos de propiedad ajenos, por lo que esos “criminales” son simplemente personas quizá no virtuosas). Pero, dentro de esa tradición iusnaturalista hay diversas posturas que consideran que es necesaria una cierta coacción a individuos desviados, que serían aquellos con una moralidad perversa sin ser criminales, para preservar el bien común y la moralidad, es decir, la virtud.

    Por lo tanto, las preguntas a las que habría que responder son: ¿se condenarían los crímenes sin víctima en una sociedad libre, entendida a mi parecer como una sociedad en la que no existiese el monopolio de la violencia? ¿Es virtuoso obligar a los hombres a ser virtuosos? ¿Habría incentivos económicos a perseguir crímenes sin víctima debido a la no externalización de los costes? Para ello, voy a intentar explicar qué es la ley natural entendida como nos la enseñó Santo Tomás de Aquino. Segundo, analizaré las situaciones respecto a la interpretación de la ley natural que pueden darse en una comunidad libre y, tercero, presentaré la remoción física de Hans-Hermann Hoppe como la solución para preservar el bien común y la moralidad sin usar la coacción.

    La ley natural

    La ley natural, según el Catecismo de la Iglesia Católica, expresa el sentido moral original que permite al hombre diferenciar el bien del mal, la verdad de la mentira. Nos muestra el camino que debemos seguir para practicar el bien y alcanzar el fin. Según Santo Tomás de Aquino:

    (…) no es otra cosa que la luz de la inteligencia puesta en nosotros por Dios; por ella conocemos lo que es preciso hacer y lo que es preciso evitar. Esta luz o esta ley, Dios la ha dado al hombre en la creación.

    Santo Tomás de Aquino

    Consecuentemente, está presente en el corazón de todo ser humano y es universal en sus preceptos. Si la ley natural no fuese universal, sería injusta, por lo que no sería una ley. También cabe añadir que la ley natural es inmutable en sus principios, e incluso renegando de ella, como ha ocurrido muchas veces a lo largo de la historia, sigue en el corazón humano. El mayor problema de la ley natural es que sus preceptos no son percibidos por todos, sin dificultad, con firme certeza y sin mezcla alguna de error. Por ello, en diversas sociedades a lo largo de la historia se han dado situaciones inmorales y repugnantes, como la esclavitud o la pedofilia, y se siguen dando, como el maltrato a la mujer y a los homosexuales en diversas comunidades islámicas. Eso no invalida la ley natural, ya que en el fondo de su corazón saben que están obrando mal.

    ¿Sólo la fe conduce a la naturaleza del hombre?

    Uno de los mayores problemas es que en el debate sobre la ley natural, parte del bando religioso argumenta que es necesaria la fe para entenderla, por lo que, el bando ateo, o simplemente agnóstico, ha dicho que la fe debe quedar alejada del discurso racional y, por ende, la ley natural. Al ser universal, inmutable y descubrirse mediante la razón, se extrae que todo ser humano, sea cristiano, musulmán o ateo, puede descubrir la verdad escrita en la ley natural y llegar a ser una persona virtuosa, siempre que cumpla con sus preceptos.

    Se dice que sin la Revelación divina puede haber un cierto grado de error debido al pecado original, lo que yo pienso desde mi fe que es cierto, pero no impide que un individuo no religioso pueda entenderla, la Revelación es simplemente una ayuda para comprenderla mejor. Hay otra famosa crítica lógica de David Hume que explica que el ser no justifica el deber ser, invalidando la ley natural.

    Ley natural desde el agnosticismo

    Esta afirmación es correcta, pero la respuesta que los iusnaturalistas dan es que, si existe una teleología en todos los cuerpos, es decir, un principio y un fin, esta crítica sería nula. Como no procede discutir si existe una teleología, voy a omitir el argumento de Hume. Murray Rothbard explica basándose en las enseñanzas de los iusnaturalistas:

    La declaración de que hay un orden de ley natural, en resumen, deja abierto el problema de si Dios ha creado o no ese orden y la afirmación de la viabilidad de la razón humana para descubrir el orden natural deja abierta la cuestión de si esa razón fue dada o no al hombre por Dios. La afirmación de un orden de leyes naturales discernibles por la razón no es, en sí misma, ni pro ni antirreligiosa.

    Murray N. Rothbard

    Ley natural y ley humana

    Una vez entendida la ley natural, hay que trasladarse a la ley humana. Aquí es donde hay más problema. Santo Tomás define la ley humana como las leyes hechas por humanos cuando viven en comunidad. Básicamente, la ley humana es una interpretación más específica de la ley natural, centrada en los supuestos de aquella en los que es necesario aplicar la fuerza. Según Santo Tomás, la ley sirve para saber los supuestos en los que la audacia humana sea frenada, que la inocencia sea salvaguardada en medio de la maldad, y que el temor del castigo impida que los malos causen daño. La ley humana, por tanto, es siempre coactiva. Cuando tú castigas a un violador o a un asesino, estás siempre coaccionando.

    Entonces, el debate está en qué supuestos se puede coaccionar y quién puede hacerlo. Santo Tomás no está muy a favor de coaccionar crímenes menores (vicios, ofensas, mentiras, es decir, los llamados crímenes sin víctima) diciendo que la ley humana intentaría prohibir todos los vicios, aunque primarían los que implicasen agresión a otros.

    Sociedad y Estado

    Pero Santo Tomás no indicó hasta dónde se podía coaccionar ni quién, es más, dejó los límites y las decisiones a la comunidad. Él nunca negó la ley privada, pero el término «comunidad» ha sido erróneamente usado por defensores del poder y no de la autoridad natural. Explica Rothbard:

    Como ya hemos indicado, el gran fallo de la teoría de la ley natural —desde Platón y Aristóteles, pasando por los tomistas, hasta Leo Strauss y sus actuales seguidores— es haberse inclinado en el fondo más del lado estatista que del individualista. Esta teoría «clásica» de la ley natural sitúa el lugar del bien y de las acciones virtuosas en el Estado, con estricta subordinación de los individuos a las instancias estatales. Y así, a partir del correcto dictum de Aristóteles de que el hombre es un «animal social» y de que su naturaleza se desenvuelve mejor en un clima de cooperación social, los clásicos se deslizaron ilegítimamente hacia la identificación virtual de la «sociedad» con el «Estado» y consideraban, por consiguiente, al Estado como el lugar principal de las acciones virtuosas.

    Murray N. Rothbard

    Considerar al Estado como monopolista de la ley es incorrecto y no entra dentro de la ley natural. O al menos, no como lo especificaron los escolásticos. La ley humana la crea una autoridad basándose en la ley natural, pero explican que cada hombre es libre de entender que no es justa e incumplirla. Por eso, llegaríamos a un punto donde a priori la autoridad no tendría ningún derecho a no ser castigada por esos mismos crímenes (contrariamente a lo que ocurre con el Estado) y podría existir perfectamente competencia entre autoridades y leyes

    Una sociedad libre

    Por lo tanto, así se llegaría a una sociedad libre. En una sociedad así, hay ausencia de “potestas”, no de “auctoritas”. El punto que no gusta oír a muchos libertarios es que podrían existir leyes humanas positivas, o simplemente costumbres no escritas, que condenasen vicios o «crímenes sin víctima» siempre que emanasen de una autoridad y fuesen ampliamente aceptadas. Por eso, vamos a analizar supuestos que podrían ocurrir y dar argumentos económicos y éticos en contra de la coacción cuando hablamos de «crímenes sin víctima».

    Como ya hemos visto, la ley humana no deja de ser una interpretación de la ley natural. Si la comunidad interpretase que tuviese que haber una agencia monopolística que vigilase el cumplimiento de esas leyes, nos quedaríamos exactamente en la situación actual en donde existe el Estado. La ausencia de poder debido a la ausencia de monopolio en la ley debe ser mayoritariamente apoyada por el pueblo y por las élites en general para ser aceptada. Al eliminarse el juez final forzoso, también conocido como Estado, llegaríamos a una situación similar en donde la ley sería similar a la tradicional «common law». En este sistema, los jueces serían personas muy cultas y de buena moral, por lo que, en casos de disputa, su veredicto prevalecería sobre ambas partes, ya que gozaría de legitimidad. Básicamente, serían los intérpretes de la ley natural.

    Una historia de condenas

    Las sentencias judiciales condenarían principalmente a asesinos, violadores y ladrones. ¿Por qué, si no, habría un juez final forzoso? Porque, según la ley natural, es autoevidente que se debe aplicar la coacción en los supuestos que impliquen agresión. Todas las sociedades a lo largo de la historia han condenado estos supuestos, con excepciones de pecadores que renegaron de la ley natural, porque en nuestro corazón sabemos que matar, violar o asesinar está mal.

    Una sociedad libre lo sería porque los individuos que la compondrían serían generalmente virtuosos y de buena moral, y cumplirían con las cuatro virtudes cardinales: justicia, templanza, fortaleza y prudencia. No hay ningún argumento sólido para indicar que en un orden social sin Estado habría asesinatos, robos y violaciones en mayor medida que con la existencia de Estado, tampoco para indicar que no existirían, ya que siempre han existido y existirán individuos que se desvíen de la ley natural. O peor aún, decir que se tolerarían. Aunque nos pusiésemos en el supuesto de que una sociedad no condenase esos crímenes, sería ampliamente aislada y rechazada, por lo que esa comunidad, llena de gente malvada, tendería a desaparecer.

    Respuestas proporcionadas

    Ahora, vamos con las normas de convivencia, que forman parte de la tomista ley humana. La teoría libertaria, que solo matiza qué son los derechos de propiedad y cuándo ha habido una agresión, dice que en cada propiedad privada cada uno pondría sus normas, siempre que no contradijesen la ley natural. En una comunidad de propietarios, los futuros propietarios se adscribirían voluntariamente a unas normas básicas de convivencia, pudiendo quedar temporalmente ligados los descendientes que heredasen la propiedad.

    Por matizar que las leyes privadas no pueden contradecir la ley natural, Rothbard hace una muy buena crítica a esas leyes que permitirían cometer cualquier barbaridad por el mero hecho de encontrarte en tu propiedad con el argumento de que la respuesta a un crimen siempre debe ser proporcional, o al menos, tender hacia la proporcionalidad. El argumento que da es que si un niño roba unas chuches en una tienda, el dueño no tiene derecho a dispararle, ya que no sería una respuesta proporcional, lo que haría que tampoco fuese justa. En ese supuesto se condenaría al dueño de la tienda por asesinato.

    Conflicto entre normas

    El problema viene cuando no está todo privatizado o no hay unas normas claras de convivencia, lo que crearía conflictos. Para ello, a priori, existirían normas no escritas que reposarían sobre la costumbre y el sentido común. No tiene por qué ser necesario que existan leyes escritas, es decir, positivas, pero podrían existir. Esas leyes estarían ampliamente aceptadas o emanarían de una autoridad, que serían esos mismos jueces de buena moralidad. Es autoevidente entender que no puedes circular por el carril contrario, tampoco puedes conducir muy borracho, pegar palizas a tu perro ni pasear desnudo por un parque por el que pueden pasar niños. Todos esos supuestos serían ampliamente rechazados, ya que, como se ha explicado antes, toda norma reposa en nuestra interpretación y comprensión a través de la razón de la ley natural, en lo que consideramos en nuestro corazón correcto. Que existan individuos desviados respecto a estas normas no implica que se deban tolerar estas desviaciones.

    He de añadir que la aplicación de esas leyes tradicionales, costumbristas o hasta positivas no tiene por qué ser mediante el uso de la fuerza, se podrían aplicar mediante un simple «no lo hagas» o «no eres bienvenido aquí» dicho por alguna autoridad o mediante el rechazo y la presión social, que implicaría la autoexpulsión de ese individuo de la comunidad, como dice Hans-Hermann Hoppe y mencionaré más abajo.

    Consumo de sustancias, prostitución, pornografía

    Para seguir con la tesis, vamos a puntos más grises, como pueden ser el uso de determinadas sustancias, la distribución de pornografía o la prostitución. Según la teoría libertaria, pese a ser supuestos inmorales, no se podría usar la coacción para castigarlos ya que realmente no dañan ningún derecho de propiedad ajeno. No sería igual en el caso de que adquirieses una propiedad en una comunidad donde por contrato se prohibiese la prostitución o el consumo de heroína ya que estarías vinculado al cumplimiento del contrato.

    Pero, en la realidad, si en una comunidad no completamente privatizada (como pienso que sería) los individuos demandasen esas leyes y los jueces considerasen que esos supuestos fuesen punibles según la ley natural (la justificación sería que no nos llevan a ningún fin natural), entonces se podrían condenar. Esto podría pasar perfectamente, por eso, quiero recordar que la sociedad libre es nuestra condición natural, no un paraíso terrenal. Los males del mundo seguirían existiendo (creo que menos que ahora) y seguiría habiendo injusticias.

    Crímenes sin víctima

    El primer problema de la condena de los vicios, o «crímenes sin víctima», está en la virtud. Pese a muchas discrepancias, no es virtuoso que unos hombres condenen a otros por sus vicios. Para los católicos, en Juan 8:1-8:11, se puede apreciar cómo Jesús salvó a una mujer adúltera de ser apedreada. Iban a apedrear a la mujer, a lo que Jesús replicó el famoso: «el que esté libre de pecado que tire la primera piedra». Por lo que huyeron, y Jesús dejó marchar a la mujer diciéndola: «Ni yo te condeno. Vete. No peques más».

    Como las leyes no son solo para los católicos, cualquier persona que use la razón para descubrir la ley natural puede entender que no hay virtud en el uso desproporcionado e injusto de la fuerza. La virtud está en la solidaridad y, por eso, lo correcto es ayudar a ese individuo a alejarse de sus vicios, lo que llevaría a lo ya mencionado antes. Eso sí, en caso de persistencia, habría que recurrir por obligación moral al ostracismo social, en el anterior ejemplo Jesús dice claramente que no peque más.

    Leyes anti liberales

    El segundo problema de la condena de los vicios es el económico. Al encontrarnos en un sistema de ley totalmente descentralizado, en el caso de que se decidan perseguir esos vicios, los costes de perseguirlos los asumiría el demandante, por lo que podría ser muy costoso. Esto lo explica muy bien Albert Esplugas (él define esas leyes como «leyes anti-liberales», definición que no comparto, ya que el liberalismo no sigue la teoría del castigo libertaria):

    (…) que las leyes anti-liberales se provean ahora en un contexto descentralizado en el que no se externalizan los costes instituye incentivos que dificultan, en comparación con un contexto estatista democrático, la prevalencia de leyes anti-liberales, aunque éstas obedezcan a las preferencias de la mayoría. ¿Por qué razón? Porque en un escenario de ley privada los consumidores tienen que pagar por las leyes anti-liberales que demandan, mientras que en un contexto estatista-democrático pueden demandar lo mismo y pasar la factura a los demás. Emitir un voto a favor de un partido prohibicionista que quiere perseguir el consumo de droga y de pornografía cuesta poco.

    Albert Esplugas

    Una sociedad más liberal

    Por lo tanto, si en una comunidad quisieses perseguir un vicio, donde tal persecución legal esté legitimada socialmente, tendrías que asumir los costes de patrullar y comprobar que se hiciese efectiva la ley, además de los costes de las prisiones. La conclusión a la que llega Esplugas es:

    Por este motivo el estadio intermedio que describíamos no parece sostenible a menos que las preferencias de esta mayoría prohibicionista sean muy intensas y estén realmente dispuestos a costear lo que vale imponerlas a toda la población. Es más razonable pensar que sus preferencias serán intensas en lo que se refiere a la protección de su persona y su propiedad, pero más tenues con respecto a lo que hacen los demás en su casa, y que en consecuencia estarán dispuestos a pagar solo por los servicios que les protegen de las agresiones y se resignarán a que los consumidores de droga y pornografía hagan lo que les plazca en sus hogares. El resultado en este caso acabaría siendo una sociedad libre, una sociedad donde la población demandara leyes liberales, no tanto por convicción como por conveniencia.

    Albert Esplugas

    La solución Hoppe

    En conclusión, si mediante la interpretación que demandase la comunidad y diesen los jueces sobre los «crímenes sin víctima» se quisiese utilizar la coacción, sería costoso y, seguramente, aquellos demandantes desistirían, no porque creyesen que es lo correcto, sino por puro interés económico.

    Entonces, la solución para preservar la virtud en una comunidad no sería la imposición legal positiva ni la persecución. Hoppe explica claramente la solución, que sería la remoción física:

    Un orden social libertario no puede tolerar ni a los demócratas ni a los comunistas. Será necesario apartarlos físicamente de los demás y expulsarlos de la sociedad. Del mismo modo, en un pacto instituido con la finalidad de proteger a la familia, no puede tolerarse a quienes promueven formas de vida alternativas, no basadas en la familia ni en el parentesco, incompatibles con aquella meta.

    Hans Hermann Hoppe

    Autoexpulsión

    Lo que es importante aclarar es que Hoppe en ningún momento menciona la coacción como medio para promover la virtud, sino que explica que a aquellas personas desviadas del «orden natural» habría que removerlas físicamente. Hay que aclarar que Hoppe no es iusnaturalista en el sentido tomista y su definición de orden natural dista de la explicada antes, para él, el orden natural es la anarquía de propiedad privada, y con remoción física se refiere a modos o formas de vida que quieren destrozar la propiedad privada y, por ende, acabar con la prosperidad de la comunidad, lo que sería totalmente compatible con la ley natural tomista o la rothbardiana.

    La remoción física, lo único que implicaría sería decirle al mal vecino que no está cumpliendo con las normas morales de la comunidad, por lo que sería condenado al ostracismo social. El ostracismo social no implicaría coacción, por lo que sería totalmente legítimo en una sociedad libre, además de ser la solución para condenar socialmente a aquellos individuos desviados de la ley natural cuyo objetivo fuese destruir el modo de vida de las personas virtuosas.

    Referencias

    Iglesia Católica. Catecismo de la Iglesia Católica

    Martin Krause. Murray Rothbard y la ley natural. Desde Aristóteles y Platón, todos fueron estatistas hasta que llegó Locke y basó la ley natural en la libertad .

    Albert Esplugas Boter. ¿Es viable el anarcocapitalismo?

    Hans Hermann Hoppe. Democracia, el dios que fracasó .

    Libertarian Christian Institute. The libertarian Aquinas .

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      ¿Qué tipo de ciudad queremos?

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Tuesday, 18 April, 2023 - 10:00 · 5 minutes

    La proximidad de las próximas elecciones municipales nos ayuda a repensar muchas cosas, entre ellas el valor -y la importancia- de los núcleos urbanos.

    Dado que el hombre es un animal social, no es extraño que, para muchos, la ciudad sea uno de los mayores inventos de nuestra especie, aunque seguramente sea sólo la consecuencia, casi inevitable, de que seamos como somos.

    Puntos de comunicación

    Como dice Glaeser:

    [las ciudades] suponen la ausencia de espacio físico entre las personas y las empresas. Representan la proximidad, la densidad de población y la intimidad. Nos permiten trabajar y jugar juntos, y su éxito depende de la demanda de contacto físico (…). En Europa y Norteamérica, las ciudades aceleran la innovación vinculando entre sí a sus habitantes inteligentes, pero en el mundo en vías de desarrollo las ciudades desempeñan un papel todavía más decisivo: son puntos de comunicación entre mercados y culturas

    Edward Glaeser

    La cuestión de los bienes públicos

    En efecto, en la ciudad, como también señala Jane Jacobs, se forman las principales redes de relación y cooperación humanas, pero también en ella aparecen los principales problemas de convivencia social, surgiendo los típicos problemas de “externalidades” (las acciones de unos afectan, inevitablemente, a otros) y “bienes públicos” (existen elementos, espacios o servicios que son comunes a los habitantes de las ciudades, con lo que surge el problema de cómo sufragarlos). Como señala el profesor Rallo,

    La existencia de externalidades y de bienes públicos hace necesaria algún tipo de coordinación social: hay que regular qué conductas son permisibles y cuáles no, y hay que imponer quiénes pagan y cuánto lo hacen por esos bienes y servicios comunes. De ahí que, tradicionalmente, el Estado se haya arrogado la competencia de regular las externalidades y de proveer los bienes públicos.

    Juan Ramón Rallo

    Público no quiere decir estatal

    Ahora bien, ¿es necesario que sea el Estado, a través del municipio -como entidad local básica en la que se organiza territorialmente aquel- quien se arrogue una serie de competencias para solucionar los problemas de bienes públicos y externalidades que surgen en las ciudades? ¿Debe ser el Estado el encargado de diseñar urbanísticamente la ciudad y gestionar los servicios comunes (seguridad, provisión de agua potable, alcantarillado, redes de transporte público, recogida de basuras y otros residuos, alumbrado público o protección del medio ambiente)?

    ¿No deberían ser los ciudadanos quienes, libremente, se organicen en la forma y con las estructuras que consideren oportunas, a fin de solucionar los problemas de externalidades y bienes públicos inevitables en las ciudades, dejando libertad para que éstos puedan incorporarse o abandonar dichas organizaciones comunales en el seno de las cuales se establecerían las reglas por las que se regirían las relaciones dentro de esa comunidad? ¿No debería dejarse que sean los ciudadanos libremente, a través de la competencia, del ensayo y del error, quienes desarrollen de modelos organizativos innovadores, que permitan descubrir la mejor forma de organizarse?

    Desamparados en el paraíso

    Y es que diseñar todo desde un despacho no siempre es la mejor solución. Jane Jacobs explica, por ejemplo, cómo los bellos planteamientos urbanísticos, diseñados por reputados arquitectos y urbanistas, no hacen sino crear ciudades aparentemente bellas y muy ordenadas en las que, sin embargo, la gente no quiere vivir porque se siente sola, insegura y desprotegida.

    Glaeser, por su parte, ilustra también este problema de ver lo superficial, y no las consecuencias, al explicar cómo las verdes ciudades aplanadas (que crecen a lo “ancho” y no a lo “alto”) diseñadas también por urbanistas y burócratas, aparentemente tan respetuosas con el medio ambiente, llenas de jardines y de amplias avenidas con aceras llenas de árboles y césped a la puerta de las casas, no son sino una “trampa” ambiental que obliga a sus habitantes a utilizar el coche hasta para ir a comprar el pan, generando muchos más atascos en las horas punta, más contaminación, y una mayor pérdida de tiempo que las grises ciudades concentradas y basadas en los edificios de altura.

    Modelos más abiertos

    Al final, en la forma de organizar y diseñar las ciudades -y la convivencia en el seno de las mismas-, como en cualquier otro ámbito en el que intervenga la acción humana, es esencial el papel del individuo, con plena autonomía de su voluntad, sin que pueda ni deba ser sustituido por políticos-burócratas que traten de imponer, desde sus despachos, la forma de vivir y de organizarse de la gente, y menos en un ámbito tan íntimo y privado como es la ciudad, que es donde el individuo establece sus vínculos personales, económicos y sociales más cercanos, estrechos y directos, ya que, como consecuencia de los problemas de información y de incentivos que surgen, es imposible que acierten.

    Pero es que, en cualquier caso, y aun en el supuesto de que políticos y burócratas acertasen, por un segundo, en todo el territorio sobre el que “gobiernan”, por su propia naturaleza, las normas impuestas por la autoridad tienen una “inercia” que haría que las mismas, al segundo siguiente, quedasen desfasadas, dadas los cambiantes gustos e intereses de los ciudadanos, sin que los políticos y burócratas tuviesen medios o mecanismos para corregir y adaptar esas normas. De ahí que, a nuestro modo de ver, sea imprescindible tender a modelos de ciudad mucho más libres, abiertos, en los que los ciudadanos se relacionen sin más trabas que las expresamente autoimpuestas por ellos.

    Pocos principios en las papeletas electorales

    De esa manera, existirían tantas ciudades distintas como así lo quisiesen sus habitantes, cada una con sus peculiaridades, en las que se integraría la gente según sus gustos y afinidades, y en las que se estarían permanentemente innovando nuevas formas de convivencia que facilitaran una mejor vida de los hombres en sociedad, sirviendo la competencia entre ellas como acicate para que se descubran nuevas y mejores formas de satisfacer necesidades y de prestar servicios a menor coste.

    El problema es que no son tantos los candidatos a nuestras alcaldías que vayan a basar sus programas en esos principios. Al menos, a mí no me suenan.

    ____________________________________

    Bibliografía:

    Glaeser, Edward. El Triunfo de las Ciudades. Madrid: Taurus, 2011.

    Jacobs, Jane. Muerte y Vida de las Grandes Ciudades. Madrid: Capitan Swing, 2013.

    —. The Economy of cities. Vintage Books, 1970.

    Rallo, Juan Ramón. Una Revolución Liberal para España. Barcelona: Deusto, 2014.

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      La memoria no puede ser democrática

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Monday, 17 April, 2023 - 10:00 · 4 minutes

    ¿Qué es la memoria? La memoria es el recuerdo subjetivo de lo vivido, que puede tener reinterpretaciones de manera voluntaria o involuntaria. Debemos tener presente que la memoria no siempre coincide con la «verdad» histórica, objeto de los historiadores, pero sí que nos puede servir como una importante fuente histórica. La memoria ha sido uno de los objetos de estudio más importante para los historiadores; la bibliografía sobre el tema es muy abundante, pero me gustaría señalar dos trabajos relevantes. En primer lugar, Los marcos sociales de la memoria de Maurice Halbwachs, obra en la que se define la memoria colectiva. Pero sin duda, la obra más relevante y el estudio de referencia sobre esta temática es el trabajo de Pierre Nora, Los lugares de la memoria, se analiza la relación entre memoria e historia, describiendo los espacios físicos y simbólicos donde se halla representada [1] .

    En nuestras sociedades, la ciudadanía y el Estado son quienes privilegian o marginan unas memorias u otras, dictaminan qué y cómo recordarlo. Es importante recalcar, que, pese a que se pueda hablar de «Memoria» como concepto histórico susceptible de estudio, a mi juicio, es conveniente hablar de «memorias» cuando hablamos de fuente histórica. No hay una única memoria, cada individuo tiene la suya propia, por lo tanto, es subjetiva. Es por ello por lo que establecer leyes de memoria en la que es el propio Estado quien dirime qué y como recordar algo es algo peligroso.

    Damniato memoriae

    Si hay algo que tienen en común todos los Estados es que siempre han querido controlar el pasado; cuanto más totalitario es un Estado, más control quiere tener sobre la memoria. Los Estados utilizan la historia y la memoria para construir un discurso que legitime su poder. Seríamos muy ingenuos si pensáramos que lo hacen con buenas intenciones. La damnatio memoriae ha sido un elemento básico utilizado por los Estados para construir su historia nacional, el olvido y el recuerdo utilizados de manera arbitraria con fines meramente políticos.

    Algunas políticas de memoria no son necesariamente negativas: la rehabilitación de un monumento, el homenaje a los caídos de una batalla importante o la identificación de las víctimas de una fosa común pueden ser buenas acciones. Pero la línea entre la divulgación histórica y la tergiversación de la memoria es tan fina que en ocasiones es muy difícil de percibir para el ciudadano común.

    Ley de memoria democrática

    La última ley relacionada con la memoria en nuestro país se decretó en el 2022, su título es bastante pretencioso: Ley de Memoria Democrática. La ley es sorprendente, ya no por lo mal redactada que está, algo a lo que nos tiene acostumbrados el Boletín Oficial del Estado, sino por el carácter liberticida y totalitario que tiene. Esta ley ha servido para establecer una memoria única; un relato histórico maniqueo de buenos y malos para legitimar una posición política hoy en día.

    No expondré el contenido de la ley, ya que daría para otro artículo. Únicamente nos centraremos en el propio título de la ley, podríamos hacernos una serie de preguntas como: ¿Qué significa que la memoria sea democrática? ¿Puede llegar a serlo? ¿Si sólo es aceptable la memoria de lo llamado «democrático», es esa ley democrática? ¿Unas memorias valen más que otras o son más aceptables que otras?

    Plural y subjetiva

    La memoria, como la belleza, no es democrática. La memoria es subjetiva, cambiante, individual y colectiva, consciente e inconsciente y perecedera. Nuestra mente es muy caprichosa, en muchas ocasiones no podemos elegir qué y como recordar algo, es algo espontáneo y azaroso; jamás puede someterse al juego democrático. De igual modo, imponer desde un Estado una memoria oficial es todo menos democrático, se cae en una paradoja sin solución aparente.

    Cuanto más alejado este el Estado de la Historia mejor nos irá a todos. El Estado no es objetivo e imparcial; lo forman personas con intereses, generalmente perversos. Dejemos la Historia a la sociedad civil, y sobre todo a los historiadores. Dejemos libertad para recordar un suceso de una manera u otra. Dejemos libertad para expresar nuestra opinión con respeto y educación. Dejemos que los historiadores tengan libertad para equivocarse.

    La memoria es una fuente esencial para los historiadores. Todas las memorias son válidas, y todas deben ser sujetas a un estudio. La Historia se construye con todas las memorias, no sólo con unas pocas. Intentemos evitar la imposición de una memoria oficial. De lo contrario, cuando vayan pasando generaciones, no habrá vuelta atrás: nuestra libertad habrá sido arrebatada.


    [1] Pasamar, Gonzalo y Ceamanos, Roberto. Historiografía, historia contemporánea e historia del presente . Madrid, Síntesis, 2020, pp. 183-186.

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      Preocupémonos por los negacionistas de las costosas contrapartidas

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Sunday, 16 April, 2023 - 10:00 · 6 minutes

    Kristian Niemietz . Este artículo ha sido publicado originalmente en el IEA .

    Harry Lime, el villano de la película clásica El tercer hombre , es un ejemplo temprano del tipo de villano de película inteligente que no es simplemente malo al azar, sino que racionaliza sus acciones de manera que, a su retorcida manera, tienen algún sentido. Lime declara que no hay nada malo en causar sufrimiento a gran escala, porque:

    [E]n Italia, […] tuvieron guerras, terror, asesinatos y derramamiento de sangre, pero produjeron a Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza, […] tuvieron 500 años de democracia y paz. ¿Y qué produjeron? El reloj de cuco.

    Es una frase memorable, que casi convierte a Lime en una protoversión de un villano de Bond. Sin embargo, es errónea desde el punto de vista económico. Suiza ha producido mucho más que relojes de cuco. Esto ya era cierto en la época en que se rodó la película, y lo es aún más hoy.

    El verdadero motivo del éxito de Suiza

    Suiza es casi dos tercios más rica que Italia, en términos per cápita. Su población es también es un 50% más rica que la del Reino Unido, un tercio más rica que Alemania, un cuarto más rica que Austria y una décima más rica que la de Estados Unidos y la rica Noruega. Con una población menor que la del Gran Londres, representan aproximadamente la misma proporción de las exportaciones mundiales que México o India, o que Brasil e Indonesia juntos. Para eso hace falta algo más que relojes de cuco.

    La razón por la que se subestima fácilmente el peso económico de Suiza es que vende muchas cosas que, como consumidores finales, no vemos directamente; como bienes de capital de gama alta, productos químicos industriales y servicios de gama alta que se prestan entre bastidores. Si la economía mundial fuera un concierto, Suiza suministraría el sistema de sonido y organizaría la logística en torno a él, pero no estaría en el escenario cantando.

    La mayoría de la gente no es capaz de nombrar muchas marcas suizas de memoria. Pero si la economía suiza se paralizara mañana, lo notaríamos.

    Lo que se ve y lo que no se ve

    Un sesgo similar se da cuando grupos ecologistas anticapitalistas como Just Stop Oil, Extinction Rebellion y (a falta de un nombre mejor) el «movimiento Greta» describen el papel de los combustibles fósiles en la economía.

    En un minuto explicaré lo que quiero decir con esto, pero antes de nada, una pequeña recapitulación de dónde estamos con la política medioambiental. Oímos hablar mucho de los «negacionistas del cambio climático», pero hace años que no me he encontrado a ninguno de ellos, y creo que su influencia es exagerada. El difunto Nigel Lawson, por ejemplo, que era una figura odiada por los ecologistas, no era en absoluto un «negacionista del cambio climático». Lawson no creía que el impacto del cambio climático fuera a ser catastrófico, pero no discutía la existencia del efecto invernadero, ni nuestra contribución al mismo, ni los diversos problemas que causaría en algunas zonas. Incluso aceptó los argumentos a favor de un impuesto sobre el carbono.

    Reducciones significativas

    Todo aquel cuya voz sea remotamente relevante en este debate acepta que el cambio climático provocado por el hombre es real y que debemos hacer algo al respecto. Como resultado, estamos haciendo algo al respecto. Mucho. Desde finales de la década de 1980, hemos promulgado una serie de ambiciosas medidas políticas contra el cambio climático , que nos han supuesto un gran coste.

    Y ha surtido efecto. Desde 1990, las emisiones de CO2 del Reino Unido se han reducido a la mitad, hasta 5,2 toneladas per cápita, el nivel más bajo desde 1860. Sí, parte de ello se ha conseguido externalizando la producción intensiva en carbono. Pero incluso en términos de consumo , las emisiones se han reducido en un tercio desde 1990, hasta algo menos de 7t per cápita. Algunos países son incluso más «verdes», pero actualmente no hay ninguna economía desarrollada en el mundo en la que las emisiones de CO2 basadas en el consumo estén muy por debajo de las 5t per cápita . A escala mundial, existe una clara correlación positiva entre el nivel de vida y las emisiones de CO2 basadas en el consumo, y 5t parece ser el nivel más bajo al que podemos llegar actualmente si queremos seguir liderando los niveles de vida del primer mundo. La descarbonización es deseable, pero, como muchas cosas buenas, también es cara. Tiene un coste económico real.

    ¿Qué implicaciones tiene esto en la practica?

    Si crees que debemos reducir las emisiones más y más rápido, tienes que ser honesto con la gente y hablarles de ese coste. No se puede pretender que vivimos en un mundo donde las caras contrapartidas no existen, en el que se pueden reducir drásticamente las emisiones de carbono sin que nadie se dé cuenta.

    Pero eso es precisamente lo que hacen los movimientos ecologistas anticapitalistas. La rama sueca de Extinction Rebellion resumió recientemente esa mentalidad cuando publicó:

    Nuestro planeta no se está muriendo porque la gente normal no se haga vegana o sólo se duche con agua fría. Se está muriendo porque un puñado de corporaciones y multimillonarios se benefician de bombear cantidades astronómicas de contaminación en el aire y el agua.

    Extinction rebellion

    En otras palabras: no te preocupes, Pepe, nadie quiere hacerte más pobre. El cambio climático no tiene nada que ver contigo. Se trata de un puñado de empresas y multimillonarios. No hay contrapartidas ni costes. Sólo hay que acabar con unos pocos malos y el clima se salvará sin coste para nadie más.

    Economía del reloj de cuco

    Es una variante del tópico « 100 empresas son responsables del 71% de las emisiones mundiales de carbono «.

    Todo esto es economía de reloj de cuco. Por supuesto, usted, como consumidor final, no consume directamente combustibles fósiles. Por supuesto que no va al supermercado a comprar un barril de petróleo crudo, que luego quema para divertirse en su jardín. Por supuesto que no excava pozos de petróleo con sus propias manos. Pero esto se debe simplemente a que vivimos en economías más complejas, en las que hay múltiples etapas de producción, algunas de las cuales están un poco más alejadas -y no son directamente visibles- para el consumidor final.

    Sin embargo, si crees que por eso no tienen nada que ver contigo, o que no notarías la diferencia si las cerraran, debes ser o un niño de 5 años, o un miembro de Just Stop Oil.

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      La sorprendente confesión del New York Times sobre la respuesta sueca a la pandemia

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Saturday, 15 April, 2023 - 10:00 · 5 minutes

    John Miltimore . Este artículo ha sido publicado originalmente en FEE .

    Hace un par de semanas, The New York Times publicó un artículo que habría sido impensable hace unos años. «¿Cómo acabó Suecia sin mandato con una pandemia tan media?», se preguntaba el titular.

    El escritor del Times David Wallace-Wells no acepta las afirmaciones de que Suecia -que suscitó intensas críticas por negarse a entrar en bloqueo en 2020- tuvo la tasa de mortalidad excesiva más baja de Europa , con sólo un 3,3% más de muertes de lo esperado, el porcentaje más bajo entre los países de la OCDE. Pero admite que «es difícil argumentar sobre la base de la experiencia epidemiológica de Suecia que su política fue desastrosa».

    Puede que esto no parezca una gran concesión, pero lo es.

    Suecia no ha cumplido con las expectativas de mortalidad

    La Dama Gris informó en 2020 de que «Suecia se ha convertido en el cuento con moraleja del mundo» por su respuesta al Covid, y al Times se unió un coro de medios de comunicación (y el presidente Donald Trump ) que alegaron que Suecia había «chapuceado en la pandemia» y amplificado el virus.

    Hoy sabemos que no fue así. Wallace-Wells parece envidiar a Anders Tegnell -el arquitecto de la política sueca- por dar una «vuelta triunfal a través de los medios». Pero vale la pena señalar que el epidemiólogo recibió amenazas de muerte por su respuesta a la pandemia, que parece mejor con cada semana que pasa.

    El éxito de la estrategia sueca sigue siendo objeto de debate. Wallace-Wells se muestra escéptico sobre las afirmaciones suecas de que el país tuvo el menor exceso de mortalidad de Europa. Dice que el conjunto de datos es imperfecto y no está ajustado a la demografía. Pero está claro que Suecia obtuvo mejores resultados que muchos países en aislamiento. Los datos de la Organización Mundial de la Salud a los que hace referencia muestran que los suecos tuvieron una tasa media de exceso de mortalidad de 56/100.000, mucho mejor que Italia (133), Alemania (116), España (111) y el Reino Unido (109).

    Independientemente de los datos que se elijan, hay un hecho indiscutible: esto no es lo que predijeron los modelizadores.

    40 millones de muertos (por ejemplo)

    Es importante recordar que una de las razones por las que los países entraron en bloqueo fue que el Imperial College de Londres predijo que hasta 40 millones de personas morirían en nueve meses si no se controlaba el virus. Esos mismos modeladores predijeron que Suecia sufriría 96.000 muertes en julio de 2020 si la nación no cerraba.

    Y no fue así. (El número real de muertes en julio de 2020 fue de 5.700).

    Así pues, tanto si se acepta la afirmación de que Suecia tuvo el menor número de muertes excesivas de Europa como si simplemente tuvo un rendimiento «medio», está claro que los modelizadores se equivocaron terriblemente.

    Wallace-Wells no aborda estos errores de modelización, pero sí subraya la ineficacia de las normativas gubernamentales. Admite que «los mandatos pueden importar algo menos que el comportamiento social y la propia enfermedad, y seguramente menos de lo que queremos creer».

    Así en Finlandia y Noruega como en Suecia

    La gente seguirá debatiendo sobre los confinamientos, por supuesto. Señalarán que países como Finlandia y Noruega tuvieron menor mortalidad por Covid que Suecia, ignorando que (como Wallace-Wells también señala) estos países en realidad tenían políticas menos estrictas que Suecia durante gran parte de 2020, según el Coronavirus Government Response Tracker de Oxford. (Al parecer, los vecinos se apresuraron a adoptar el enfoque de «toque más ligero» de Suecia).

    Sin embargo, esto no significa que no tengamos respuestas claras. Al principio de la pandemia, formulé una pregunta proactiva: «¿podría funcionar realmente el enfoque sueco de laissez-faire frente al coronavirus?».

    Había otro sendero

    Aunque Wallace-Wells no llega a responder afirmativamente, incluye una cita reveladora de François Balloux, director del Instituto de Genética de la UCL y profesor de biología computacional en el University College de Londres.

    «Lo que el ‘modelo sueco’ sugiere realmente es que las medidas de mitigación de la pandemia pueden aplicarse eficazmente de forma respetuosa y en gran medida no coercitiva», escribe Balloux. Esto es lo más parecido a una admisión de «lo sentimos, estábamos equivocados» que es probable que veamos en el New York Times .

    Declaración de Great Barrington

    Después de todo, las medidas no coercitivas que menciona Balloux son precisamente las que los defensores del enfoque sueco, incluidos los firmantes de la Declaración de Great Barrington, habían defendido todo el tiempo. (Wallace-Welles tiene razón cuando señala que Suecia nunca adoptó un enfoque de «dejar hacer», como muchos afirman).

    Lamentablemente, la mayoría de los países adoptaron en su lugar medidas altamente coercitivas, incluso tiránicas, creyendo que tenían los conocimientos necesarios para planificar la sociedad. Al hacerlo, ignoraron la advertencia del Premio Nobel de Economía F.A. Hayek, quien advirtió que «si el hombre no quiere hacer más mal que bien en sus esfuerzos por mejorar el orden social, tendrá que aprender que en éste, como en todos los demás campos en los que prevalece una complejidad esencial de tipo organizado, no puede adquirir el conocimiento completo que haría posible el dominio de los acontecimientos».

    Ya lo dijo Hayek

    Esta es la mayor lección de la pandemia: Los planificadores centrales no poseen los conocimientos necesarios para organizar eficazmente la sociedad, pero sí el poder para destrozar el orden social… rápidamente. Esta es precisamente la razón por la que Hayek dijo que era imperativo que los que tienen el poder aborden la sociedad con humildad.

    Algunos parecen haber aprendido esta lección. Wallace-Wells dijo que «da humildad reconocer» que los mandatos simplemente eran incapaces de hacer lo que muchos creían que podían hacer. Esperemos que otros aprendan también esta lección y ofrezcan a los suecos y al Dr. Tegnell una merecida disculpa.

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      ChatGPT: En vanguardia de la prohibición

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Friday, 14 April, 2023 - 10:00 · 5 minutes

    Poca duda cabe de que ChatGPT ha sido el fenómeno tecnológico de los últimos meses. La forma en que responde a las preguntas del usuario, la facilidad de redacción que tiene, todo resulta sorprendente para quien se asoma a su utilización y conoce que detrás no hay enanitos respondiendo, sino un procedimiento de Inteligencia Artificial experimentando con técnicas de lenguaje natural.

    El círculo virtuoso de la innovación

    Es impresionante lo que puede hacer el ser humano con su capacidad de innovación. Porque ChatGPT es, ante todo, una innovación. Y, como toda innovación, desata procesos emprendedores y creativos en todos los individuos que entran en contacto con ella, generando a su vez nuevas innovaciones, en un círculo virtuoso que casi nunca tiene fin. Lo llamativo de ChatGPT es que ha llegado a todos lo niveles de la sociedad y a casi todos se nos ocurren cosas qué hacer con esta tecnología, desde los estudiantes más pícaros a las empresas más serias.

    Decía que el círculo virtuoso de la innovación casi nunca tiene fin. Y digo “casi nunca” porque es bien sabido que hay un gran obstáculo para la innovación, que es la regulación. Esto es, los Estados definiendo a priori cómo se tienen que resolver las necesidades de los ciudadanos, lo que en el extremo conlleva la prohibición.

    Reglamento General de Protección de Datos

    Eso es lo que acaba de hacer la autoridad de protección de datos italiana con ChatGPT. Ha decidido que no cumple el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) emitido por la Comisión Europea y que debe dejar de dar servicio a los ciudadanos italianos en tanto no garantice su cumplimiento.

    En 2018 ya dediqué un espacio a hablar del citado reglamento [1] . A quien leyera dicho artículo (y recuerde su contenido), no le debería sorprender esta prohibición, al menos no en el plano abstracto, aunque si lo pueda hacer su concreción. Ya entonces citaba a Bastiat y a Hazlitt, que hablan de los efectos de la regulación sobre lo que se ve y lo que no se ve.

    Tras cinco años de aquel artículo, por fin, ha aflorado una consecuencia del RGPD que todos los ciudadanos vemos: la prohibición de marras, y el considerable riesgo de que se extienda a otros países de la Unión Europea, puesto que el RGPD es una normativa común a todos sus Estados Miembros. Por supuesto, no ha sido la única consecuencia dañina visible de tal regulación, qué se lo digan a todas las grandes empresas y a muchas pequeñas. Pero sí es con diferencia la que va a hacer llegar a más gente las consecuencias del nefasto RGPD.

    Lo que vemos… y lo que no vemos

    Y, como digo, esto es solo lo que vemos. Lo que no vemos, y no veremos nunca, son todas las ideas e innovaciones que se hubieran hecho en Europa en ausencia de las limitaciones que impone tal normativa. En otras palabras, no somos conscientes de todas las innovaciones que la CE nos ha prohibido, muchas de ellas porque ni siquiera han llegado a existir: solo vemos que ChatGPT nos queda vedado.

    En el ámbito de las tecnologías de la información, que es el que conozco pero que sospecho solo sea la punta del iceberg de las regulaciones que impiden la innovación en Europa, también hay otro caso digno de mención, en este caso con foco en los operadores de telecomunicaciones. Se llama la Regulación de Internet Abierta ( Open Internet Regulation ) y fuerza a los operadores a cumplir con la Neutralidad de Red en los servicios de acceso a Internet que dan a sus clientes.

    OIR

    La OIR se promulgó en 2014. Poco después, un par de operadores propusieron una innovación en el mercado: que sus clientes pudieran probar gratis en el móvil los contenidos de HBO, entendiéndose por gratis que no se redujeran sus Gigas mensuales por ver dicho canal. Pues bien, un juez comunitario decidió que esta práctica comercial (conocida como zero-rating ) iba contra la citada regulación, y obligó a los operadores a retirarla del mercado. Y eso a pesar de que el cuerpo europeo de reguladores de telecomunicaciones había interpretado que el zero-rating era compatible con la regulación de marras. Si el zero-rating se consideró contrario a la norma, se puede imaginar el miedo que entraría a las telcos para hacer cosas nuevas en sus redes, por ejemplo, las que se requerirán para tener metaversos .

    La OIR, como el RGPD, tiene enormes consecuencias sobre la capacidad de innovación de las empresas europeas, pero son consecuencias que no se ven, que solo afloran en casos puntuales, como el que ahora nos ocupa de ChatGPT, o el referido del zero-rating de HBO. Es preferible no pensar sobre la de ChatGPTs que se han quedado en el camino simplemente porque el emprendedor no se atrevió a lanzarlo, o porque ni siquiera hubo tal emprendedor pensando en cosas parecidas por asumir que estaba prohibido.

    La vanguardia de la prohibición

    Por suerte para unos, y desgracia para otros, el mundo fuera de Europa sigue moviéndose y sigue inventando. Las empresas europeas no podrán usar ChatGPT y quizá aquí nunca veamos metaversos , pero va a ser difícil que los ciudadanos europeos no nos enteremos de que en el resto del mundo cada vez viven mejor gracias a estas cosas. No creo que a ChatGPT, que de momento no parece depender de ingresos, le afecte demasiado que no se pueda usar en Europa; ya veremos si ocurre lo mismo con las empresas que planeaban mejorar su productividad y eficiencia mediante su utilización, cuando sus competidores en otras geografías sí lo puedan hacer.

    La vanguardia en la prohibición parece cada vez más reñida con la vanguardia en la innovación. Qué pena que a los europeos nos toque ser campeones de la primera.


    [1] Ver https://juandemariana.org/ijm-actualidad/analisis-diario/el-reglamento-de-proteccion-de-datos-enterrando-recursos-de-los-europeos-en-la-economia-improductiva/

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      La economía de la inteligencia artificial (II): La guerra entre Estados Unidos y China

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Thursday, 13 April, 2023 - 10:00 · 6 minutes

    Hace unas semanas escribí el primer artículo introductorio (ver aquí ) del que, espero, sea una larga serie de piezas en las que comentaré los efectos socioeconómicos de la Inteligencia Artificial y de las nuevas tecnologías, algunas incipientes, otras más desarrolladas, que, a buen seguro, transformarán las relaciones sociales y formas de producción. En esta columna, trataré una cuestión no menor, que tiene que ver con la geopolítica y la economía internacional.

    En una magnífica obra, llamada Chip War , Chris Miller advierte en la introducción de que “el destino de las naciones ha girado en torno a su capacidad para aprovechar el poder informático”, y con la IA y sus derivadas, no iba a suceder lo contrario. La cuestión es que el problema es de disponibilidad de capacidad de procesamiento. Su producción es altamente compleja, e implica a muy pocas empresas situadas en Estados Unidos, Taiwán, Corea del Sur, Japón y Países Bajos. Si nos preocupamos por la excesiva concentración de la OPEP (manejan el 40% de la producción mundial de petróleo), el mundo de la fabricación de los procesadores está todavía menos diversificado.

    Prohibición a la exportación

    La importancia de la tecnología, como mencioné en el anterior artículo, suele conllevar modificaciones exponenciales que dificultan cualquier tipo de prospección. Por ejemplo, en 1948, cuando los laboratorios Bell anunciaron la invención del transistor, el New York Times escondió la noticia en la página 46 de su diario. Unas décadas después, varios miles de millones de transistores, en la actualidad, trabajan para sustituir al cerebro humano [1] .

    Probablemente, el 7 de octubre de 2022 no será una fecha que se le haya quedado grabada por algo en especial. Pero ese día, la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio de los Estados Unidos anunció la implementación de controles a la exportación con el fin de proteger la seguridad nacional y los intereses de la política exterior. Pero no afectaba a todo el mundo, sino a China. Y no suponía una restricción para todos los sectores de la economía, sino para uno en concreto: el de los procesadores. La razón: China los utiliza para producir sistemas militares avanzados. Esto pone de manifiesto la importancia de la industria y sus implicaciones para el desarrollo de la Inteligencia Artificial y la fractura entre ambos bloques geográficos.

    Un jardín pequeño, un muro alto

    ¿Cuál es la estrategia de los Estados Unidos? De acuerdo con el Consejero de Seguridad Nacional, hay tres familias de tecnologías que marcarán el devenir de las próximas décadas: la computación y la inteligencia artificial; la biotecnología; y las energías limpias. La prioridad está clara, el Gobierno norteamericano está comprometido con la reindustrialización y revitalización del sector. Para ello, a través de la CHIPS Act , ha inyectado 52.000 millones de dólares con el objetivo de restaurar el liderazgo mundial., El sector privado es fundamental: “el objetivo es “incluirlo”, no reemplazarlo”. No se trata de lograr un liderazgo de escala móvil, ya no basta con estar un par de generaciones por delante, sino que la ventaja debe ser lo más grande posible.

    ¿Y quién es el enemigo? En efecto, China. Ya que es quien tiene la capacidad para reformar el orden internacional. La competición geopolítica es una de las prioridades al otro lado del charco y tienen identificado a su mayor rival. Pero también cuentan con una campaña para atraer aliados a su bando: Japón, Corea del Sur o los países miembros de la OTAN. No buscan un acuerdo total, simplemente una alineación. Democracias liberales vs. todo lo demás. No hay frase que describa mejor la estrategia a seguir: un patio pequeño, pero con muros altos . Dentro del patio se insertan los puntos críticos de las tecnologías fundamentales, y el muro, lo suficientemente alto como para protegerlo de las injerencias externas.

    China y la incomodidad de la globalización

    China siempre ha tenido una difícil relación con la globalización y la economía internacional. Su participación en las cadenas globales se explica por una visión pragmática y utilitarista, más que por la creencia de que el capitalismo y el comercio global es algo éticamente superior y deseable per se . Prueba de ello es que en los años 90 desarrollaron un modelo dual, en el que las regiones costeras disfrutaban de zonas de libre comercio, mientras que el interior del país se regía por un modelo económico mucho más intervenido. La entrada en la Organización Mundial del Comercio equilibró la balanza, no sin que parte de la burocracia opusiera cierta resistencia.

    Es decir, en China nunca han estado cómodos con la globalización. Pero en los últimos años, especialmente con la guerra iniciada durante la etapa de Trump en la Casa Blanca, las relaciones comerciales internacionales han tenido cada vez una menor importancia. Xi Jinping habla abiertamente de la autosuficiencia. ¿Por qué? Porque teme la dependencia de las democracias liberales. Para ello, quiere potenciar industrias consideradas como estratégicas y, sí, la tecnología es una de ellas. Además, quiere hacer nuevos amigos más allá de Estados Unidos y Europa.

    La Inteligencia Artificial entra dentro de los sectores prioritarios a desarrollar, con una fecha horizonte situada en 2030. Para entonces, su objetivo es el de convertir al país en el mayor centro de innovación en Inteligencia Artificial. Pero, en la actualidad, China ya aparece primera en cuanto a publicación de papers y patentes sobre IA. Esto explica la orientación del gobierno americano y su creciente preocupación.

    Y Taiwán de por medio

    Y ahora debemos insertar en la ecuación a Taiwán. ¿Por qué? Porque la empresa capaz de producir en la escala suficiente los mejores procesadores del momento es TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Comapny). Más allá de otros intereses, la capacidad de producción de esta empresa es de vital importancia para los objetivos norteamericanos y del país asiático. Y ante la amenaza que supone China, TSMC abrirá una nueva planta en Arizona. Pero no una cualquiera, sino una en la que se fabricarán los nodos litográficos más avanzados, y que servirá en exclusiva a su mejor cliente, Apple. Esta decisión está justificada por el temor de que el conflicto se vea agravado. La compañía tiene como póliza de seguro a los Estados Unidos.

    ¿Quién ganará esta guerra? Todavía estamos en una fase inicial de la guerra por lograr el liderazgo de una tecnología de suma importancia. Evidentemente, es preferible que sean los países que más respetan la libertad y los derechos humanos los que logren la victoria. Mientras, de Europa y de España poco se puede esperar. Solo por poner un ejemplo, la mayor discusión pública de este asunto en nuestro país ha sido la decisión de qué ciudad debía albergar la sede de la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial. En el próximo artículo trataré algunos de los elementos que pueden ser fundamentales para el devenir de la guerra entre Estados Unidos y China a cuento de la Inteligencia Artificial.


    [1] Sin el avance en el desarrollo de los procesadores, muy difícilmente se puede llegar a explotar el potencial de la Inteligencia Artificial.

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