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      Los peligros de la guerra comercial

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Wednesday, 12 April, 2023 - 10:00 · 6 minutes

    No vivimos la mejor época para el comercio global o su desarrollo futuro. Las rivalidades geopolíticas actuales están causando una ola de populismo proteccionista que se acrecienta a pasos agigantados y que está contribuyendo a dificultar enormemente la reconstrucción de las relaciones multilaterales tras la crisis del Covid. Desde 2020 hemos observado una clara tendencia a la ralentización del comercio internacional y la inversión extranjera directa, junto a un claro viraje al nacionalismo económico por parte de varios países, desde EEUU hasta China, pasando por la Unión Europea y su renovada “política industrial”.

    Todo ello, nos deja un escenario sin ningún tipo de certidumbre y con una visión crecientemente intervencionista en el ámbito económico desde ambos lados del tablero político. De lo único que podemos estar seguros es de que el actual ambiente geopolítico constituye un punto de inflexión para el comercio global y las relaciones internacionales.

    Hostilidad hacia el libre comercio

    Wolff et al., del Peterson Institute for International Economics (PIIE), han estudiado a fondo la cuestión del crecimiento de la hostilidad política hacia el libre comercio y las consecuencias de ello. Dichos autores remarcan como los EE. UU. actualmente se arriesgan a revertir una política -la del libre comercio- que ha resultado enormemente exitosa para el país y para el conjunto de Occidente durante los últimos 100 años. De hecho, desde la implementación del arancel Smoot-Hawley y el consecuente desastre proteccionista en los años 30 del siglo pasado, los gobiernos americanos siempre han insistido en mantener una economía abierta basada en unas reglas comunes para todos e implementadas a través de las instituciones multilaterales.

    La visión favorable al libre comercio de las últimas décadas ha resultado en un mundo más próspero para todos, con una gran reducción de la pobreza desde los años 80 hasta hoy en día, y una significativa contracción de la desigualdad internacional. Además, a nivel geopolítico, el libre comercio ha permitido a los EEUU aumentar su primacía sobre la economía mundial y su capacidad de negociación frente a otras grandes potencias como China o Rusia. A nivel occidental, el comercio y la inversión internacional han actuado como pegamento entre los diferentes países y favorecido la coordinación en aspectos adicionales al económico.

    Vuelta a la desconfianza

    Sin embargo, hoy en día, la mayoría de los líderes políticos parecen haber olvidado todo esto y se dejan embaucar fácilmente por los cantos de sirena del proteccionismo. Un claro ejemplo de ello es que, prácticamente el único tema en el que Joe Biden y Donald Trump estén de acuerdo sea en la supuesta necesidad de aumentar aranceles y subsidios a las empresas norteamericanas, en pro de una artificial defensa de la clase trabajadora. Es por ello por lo que, aparte de haber mantenido las medidas proteccionistas implementadas por Trump durante su mandato, Biden ha optado por desarrollar e introducir una política industrial contraria a multitud de acuerdos comerciales de EEUU y a las propias reglas de la OMC en muchos aspectos.

    Hay varios motivos que se pueden dilucidar como causa de dichos cambios en la política comercial e industrial de EEUU, pero hay dos que cabría destacar como principales a raíz de los eventos del último año.

    El rechazo al «neoliberalismo»

    El primer motivo es puramente político y/o ideológico, siendo este el rechazo al “neoliberalismo” o liberalismo económico a nivel global, que se ha consolidado desde el inicio de la crisis del Covid. Se ha tratado de vender -tanto a izquierda como a derecha- que ha sido el liberalismo económico el principal causante del incremento de la desigualdad en los países desarrollados o el que ha dejado atrás a la clase obrera occidental en favor de trabajadores provenientes de otros países. Todo ello es soberanamente falso, empezando por el hecho de que el causante de la reducción del peso de la industria o el número de empleos industriales en las economías desarrolladas ha sido el incremento de la productividad. Las mejoras tecnológicas han conllevado – ¡bravo!- a que hoy en día se pueda producir lo mismo o más con un menor volumen de recursos industriales, incrementando el bienestar agregado de la población.

    Respecto a los efectos del libre comercio sobre el empleo, tal y como han demostrado David Autor et al. en su paper On the Persistence of the China Shock, mientras que entre el año 2000 y 2020 en EEUU se perdieron cerca de 6 millones de empleos en el sector manufacturero, menos de 1 millón de ellos se pueden achacar a la entrada de China en las cadenas globales de valor y su competencia con EEUU. Es decir, menos de un 16% de la pérdida de empleos industriales en EEUU se puede achacar a la mayor competencia global por parte de China permitida por el libre comercio.

    Contra China y contra otros

    Por otra parte, además, fue precisamente la entrada de China en la OMC y la mayor competencia por exportación de bienes industriales lo que ha actuado como fuerza deflacionaria hasta hace un par de años, permitiendo un incremento constante del poder adquisitivo de las clases más desfavorecidas.

    Llegados a este punto, es discutible si en los países occidentales, a lo largo de los últimos 20 años, los gobiernos han desarrollado o no una política social suficientemente compensatoria para aquellos trabajadores que se han visto desplazados del mercado por la competencia global. Puede ser el caso de que una mayor inversión en reskilling o políticas de transferencias sociales más dirigidas a estos grupos poblacionales hubieran prevenido el descontento generalizado de las clases industriales que hoy en día se experimenta en Occidente.

    Una explicación adicional al cambio de visión en EE. UU., Europa y sus aliados respecto al libre comercio puede ser la creciente suspicacia hacia potencias como China o Rusia a raíz de su actitud durante los últimos años. Esto podría haber causado la actual tendencia a la repatriación de gran parte de las cadenas de valor y el retorno a una focalización excesiva en la producción nacional frente a las importaciones. Además, no debemos pensar que esta sea una política que EEUU o la UE estén llevando a cabo únicamente contra China, sino asimismo contra países aliados, lo que puede suponer un riesgo sistémico global a nivel geopolítico si escalan las presentes tensiones comerciales.

    Un nuevo acuerdo de libre comercio

    Ya que cada vez parece más difícil retornar a un escenario geopolítico favorable al libre comercio global -similar al de principios del presente milenio- cabe proponer algunas soluciones pragmáticas para salvar el máximo posible de las estructuras multilaterales actuales a escala mundial.

    Una solución simple, pero efectiva, sería proceder a la creación de un nuevo acuerdo de libre comercio sostenido sobre los principios fundacionales de la Organización Mundial del Comercio. A la par, dicho acuerdo debería incluir nuevas reglas para el comercio mundial pactadas previamente por todos los países firmantes de este.

    Sin alguna solución similar, nos arriesgamos a que las actuales tensiones geopolíticas acaben por implosionar las estructuras multilaterales y las cadenas de valor globales, colapsando el comercio internacional y sumiendo al mundo en una nueva época autárquica.

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      Ciudades de 15 minutos

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Tuesday, 14 March, 2023 - 11:00 · 9 minutes

    To remove a man who has committed no misdemeanour, from the parish where he chooses to reside, is an evident violation of natural liberty and justice. The common people of England (…) have now, for more than a century together, suffered themselves to be exposed to this oppression without a remedy (…) There is scarce a poor man in England, of forty years of age, I will venture to say, who has not, in some part of his life, felt himself most cruelly oppressed by this ill-contrived law of settlements.

    Adam Smith. An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations

    Últimamente está de moda -curiosamente a la vez en diversas partes del globo… maravillosa “globalización”-, con motivo de ese calentamiento global que nos ha tenido pelados de frío, hablar de las “ciudades 15 minutos” (o “ cronourbanismo”, si lo prefieren), una idea  con la que esos políticos  que tanto se  desvelan por nosotros (el insomnio sistemático del Tito Berni y sus comilitones es sólo un ejemplo) tienen, según se nos dice, la intención de conseguir acercar los servicios a los ciudadanos -a un máximo “de 15 minutos andando o en bici”, ya saben, de ahí el apodo- a fin de que no tengamos que movernos para poder ir al médico, a la compra, a trabajar, a estudiar, a disfrutar del ocio o “de la cultura”… o “de la naturaleza”.

    Eso sí, parece que habrá algún tipo de limitación -minimísima- a quien “se pase” y utilice, “demasiado”, según qué carretera de salida o entrada de su lugar de residencia a la hora que no le parezca al burócrata de turno (sin esas limitaciones, sinceramente, no tendría sentido que estuviésemos hablando de todo esto y los políticos sólo nos venderían la importante inversión que van a realizar duplicando recursos por nuestro bien y dado que la malévola iniciativa privada no se presta a ello por espurios, inconfesables y malignos intereses… lo de siempre con sifón, vaya).

    El objetivo, por supuesto, irrenunciable como pocos, es reducir “la huella de carbono” al facilitarle al ciudadano tenerlo todo a tiro de piedra e impedirle la libertad absoluta de tránsito (hay que embridar al ciudadano, ya saben, que si no, siempre se pasa y sólo quiere fastidiar), pero en una espiral virtuosa donde los efectos colaterales positivos son aparentemente infinitos: beneficios “al pequeño negocio”, mejoras para “la salud de los ciudadanos” (al disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y permitir una vida más tranquila), una mejor “ habitabilidad”, reforzar los vínculos, reforzar el “sentido de comunidad” a lo Jane Jacobs …  y un larguísimo etcétera. El único inconveniente es que se pisotea la libertad, pequeño detalle, con oscuros resabios del “ panóptico carcelario ” benthamiano;  pero poco sacrificio me parece si con esas medidas reducimos el CO2, que, según parece, constituye ya el terrorífico 0,04 % – 400 partes por millón (sic)-, de la atmósfera.

    Curiosamente es Inglaterra uno de los países en los que con más ganas se están probando estas “nuevas ideas” ya desde los años 60 -con el plan de Barrios de tráfico reducido-, pero sobre todo en los últimos años, con Oxford como espejo en el que poder mirar lo guapos que nos vamos a poner (y que es la ciudad en la que ya ha empezado a haber problemas por algunas restricciones “temporales”, y muy bien intencionadas, en la libertad ambulatoria de sus vecinos).

    Por supuesto, la prensa de siempre está dejando claras no sólo las bondades del proyecto, sino la maldad -o estupidez – de los “ conspiracionistas” que lo rechazan, injustamente, por considerar que es una vuelta de tuerca más para limitar nuestras libertades. Algún díscolo -aunque son pocos, gracias a Dios-, está que no está, y no se fía de esos “conspiranoicos” que consideran estas futuras “ciudades” un “plan maquiavélico” para encerrarnos, pero tampoco quieren creer a “quienes nos venden este modelo como una alternativa libre de problemas y, sobre todo, libre de ocultas intenciones” -ni fu ni fa, vaya- y limitan los posibles aviesos designios de los ideólogos de esta maravilla a la simple intención de limitar del “vehículo privado” (lo que, visto lo que está ocurriendo en Madrid, por ejemplo, no sería una novedad a la que mereciese dedicar ni un minuto).

    El problema es que, como atribuyen a Mark Twain, “la historia no se repite, pero rima”, y en este caso esa rima parece consonante y acompañada por la misma melodía de siempre, nada novedosa, por cierto. Y es que los conspiranoicos serán “malos” o “tontos”, pero en esto no están demostrando ser demasiado imaginativos:

    Los soviéticos -expertos en todo lo que tenía que ver con la “supervisión”- tenían ya algo que, a mí, paranoide donde los haya, me recuerda a la herramienta de control que ven algunos -aunque sin los afinados mecanismos que permite la tecnología actual-: un sistema de “fiscalización” de la población mediante permisos de residencia y la prohibición a los empleadores de contratar a quien no estuviese en su sitio y no tuviese, por tanto, la “ propiska local” (o permiso de residencia) correspondiente. Cierto es que en el paraíso socialista no había gente necesitada, todos eran inmensamente felices y comían perdices -reales o imaginadas- gracias a papacito Estado, con lo que dicho sistema de “control” debía ser pura veleidad, superflua e inútil, de algún burócrata despistado con exceso de celo.

    También los nazis crearon barrios cerrados en los que se tenía accesible todo lo que ellos consideraban necesario para la población “acercada”; en ese caso se llamaban guetos, y a quienes ahí vivían se les obligaba a llevar un distintivo en la solapa (distintivo que ya no hará falta, gracias también a las tecnologías de reconocimiento de matrículas o facial). Lo que pasó después con esos guetos es una de las páginas más sórdidas, luctuosas y lamentables de la Historia.

    Pero la idea venía ya de antes y recuerda demasiado -a mi mente enferma, ya saben-, a las famosas leyes inglesas -ay, la Pérfida Albión, con ese Oxford que están poniendo tan futurista- de Asentamientos (“Law of Settlements”) -que servían para completar a las “leyes de pobres” de los Tudor-, y por las que los menesterosos en general tenían prohibido mudarse de una “parroquia” a otra sin la autorización formal y escrita de la parroquia de origen (mecanismo de “mera observación”, como otro cualquiera). Y es que eran numerosas, en aquella época, las hordas de mendigos que -como recuerdan entre otros el libertario Albert Jay Nock en su “ Nuestro enemigo, el Estado ”- habían sido creadas por el latrocinio coactivo del mismo que vino después a establecer las medidas para “solucionar” el problema que había creado, es decir, el Estado:

    Los horrores de la vida industrial de Inglaterra (…) se debían a la intervención primaria del Estado por la cual se expropió la tierra a la población de Inglaterra; debido a la eliminación de la tierra de la competencia con la industria de trabajo por parte del Estado. Tampoco el sistema fabril y la “revolución industrial” tuvieron nada que ver en crear esas hordas de miserables. Cuando el sistema fabril vino, esas hordas ya estaban ahí, expropiados

    Albert Jay Nock. Nuestro enemigo, el Estado , Unión Editorial 2013, pág. 165.

    Se me dirá que exagero y que no es lo mismo: que la finalidad de los casos históricos comentados no tiene nada que ver con lo que pretenden los comunistas de Más Madrid , adalides del ecologismo planetario; o que una cosa es poner orden y racionalidad, y otra prohibir; o que hoy no somos legión quienes queremos cambiar de residencia y no tenemos con qué sustentarnos, sin que haya ninguna amenaza en lontananza de la que debamos preocuparnos.

    El Estado era malo, como mucho, antes, por ignorancia e ingenuidad, pero quienes gobiernan han aprendido y ya sí saben cómo velar por nuestro bien:  la IA sólo irá en nuestro beneficio y no hay manera de que se creen hordas de mendigos sin trabajo por las máquinas, sobre todo en un mercado laboral tan bien regulado como el que tenemos; la crisis de deuda, para un Estado con facultad de “imprimir dinero”, no es un problema (lo que les digo, si es que “la vida puede ser maravillosa”); las leyes de bienestar animal, entre otras, que hacen cada vez más difícil la vida en el campo -donde podríamos ser libres, como los mendigos antes de las expropiaciones “tudorianas”-, son por nuestro bien , aunque ahoguen de manera irremediable a quienes allí viven, pero precisamente porque son unos ignorantes a quienes tienes que venir los urbanitas a enseñar cómo se deben hacer las cosas… etc…

    Es verdad que no estamos todavía en una cárcel -al menos desde que salimos de los inconstitucionales confinamientos-; pero visto lo visto, y la inclinación natural que tienen quienes nos gobiernan a ir siempre en la misma liberticida dirección, no estoy tranquilo… Además, hay algo incontestable: según el Foro Económico Mundial, ese faro inmerecido que otea, por nosotros, el futuro más furtivo, en 2030 “ no tendrás nada” , y serás feliz… ay, los mendigos expropiados ingleses…

    Y, quizás de nuevo por la rima, se me viene también a la cabeza otra frase de Adam Smith, relativa a cómo reaccionó la gente ante las Leyes de Asentamiento británicas:

    Though men of reflection, too, have some times complained of the law of settlements as a public grievance; yet it has never been the object of any general popular clamour

    Adam Smith. An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations

    Y algo, como un escalofrío, se empeña en recorrer mi espalda.  La idea ya está lanzada… es cuestión de esperar a que a Mr. Overton le dé por pasar por delante de nuestra ventana, o que se presente, “espontáneo” e imprevisto, algún “shock”, a lo Naomi Klein . Y si no, al tiempo.

    Y yo me pregunto… si “resilientemente” aceptamos caminar hacia el precipicio liberticida “un, dos, tres pasitos pa´lante, María” para después morir de júbilo por dar “un pasito pa´tras”… antes de volver a avanzar, ¿dónde acabamos?  “Libre, como el ave que escapó de su prisión, y puede, al fin, volar; libre”.

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      El coche eléctrico: ni es ecológico ni es el futuro

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Monday, 13 March, 2023 - 11:00 · 5 minutes

    El coche eléctrico es, sin duda, uno de los mantras más repetidos por la izquierda. El cambio climático, junto con el feminismo, la lucha racial, y otros tantos, han sustituido la lucha de clases del marxismo del siglo pasado. La izquierda ha aplicado las tesis de Gramsci a la perfección, controla la hegemonía cultural y controlarás todo. Pero ¿por qué ha sido el coche el objetivo? El automóvil es uno de los logros del capitalismo, frente a la individualidad, la propiedad privada, la autonomía y el sucio petróleo aparece una solución mesiánica, un coche silencioso, ecológico, tecnológico…

    La narrativa es perfecta, tan perfecta que en 2035 la Unión Europea prohibirá la venta de coches diésel en Europa, algo que carece de todo sentido por infinidad de razones que a continuación desarrollaremos. Para empezar por mucho que Europa redujera el 100% de sus emisiones de CO2, únicamente representaría un 8% de las emisiones mundiales, China, Estados Unidos e India representan el 50% de las emisiones mundiales, así que sí, irás en bici a trabajar con 35º en verano mientras un americano coge su coche que consume 16 L/100 km, pero recuerda, tú, europeo, utiliza las pajitas de papel y mantén el aire acondicionado a 25º, no seas egoísta.

    Los coches eléctricos son caros

    Vamos a hablar primero del precio del coche eléctrico, actualmente el precio medio de un Tesla está en alrededor de 40.000 euros (con subvenciones) llegando hasta los 130.000 en algunos modelos. Muy pocas personas en España se pueden permitir un coche de ese precio, si bien es cierto que con el tiempo el precio del coche eléctrico irá bajando, como con cualquier otro bien, por mejora del proceso de producción, eficiencia…Aun con todo, para 2035 es bastante dudoso que los coches eléctricos alcancen los precios de los coches diésel actuales, estas limitaciones de la Unión Europea nos abocan a que la mayoría de la población no pueda tener un vehículo, sólo los ricos podrán tener coches, no sólo eso, sino que van a ser los pobres quienes financien, a través de las subvenciones, los coches de los ricos, el mundo al revés.

    La contaminación

    La gran excusa para implantar el coche eléctrico es la contaminación, pero ¿cuánto contamina el coche eléctrico? Hace dos años, la marca Volvo, realizó un estudio sobre cuanto contaminaba la producción de un coche eléctrico. Según los datos, producir un coche eléctrico contaminaba un 70% más que un coche gasolina, pero en su vida útil podía llegar a compensarlo. Pero cuidado, hay que centrarse en un aspecto importante: el coche eléctrico, como es evidente, tiene que ser cargado, y dependiendo de donde provenga la electricidad contaminará más o menos.

    En la última barra vemos como cuánto contaminaría si la producción total de energía fuera mediante energía eólica. En tal caso, se reducirían las emisiones casi a la mitad, pero esto es tremendamente irreal, ¿sólo se recargarían coches cuando hiciera viento?, tenemos que fijarnos en la producción energética con el mix actual de energía, la segunda barra, reduciríamos menos de un 10% de las emisiones. ¿Vamos a cambiar todo el parque móvil para emitir un 10% menos de emisiones? ¿Alguien ha hecho estudios sobre cómo mejoraría el planeta?

    La producción de coches

    Alguno se preguntará por qué es tan contaminante producir un coche eléctrico. Este es otro tema donde los países europeos son tremendamente hipócritas, un coche eléctrico necesita 17 veces más minerales que el coche convencional, 4 veces más de cobre. Pero es que el coche eléctrico necesita: cobre, níquel, tierras raras, litio, manganeso, grafito y cobalto. Todos estos minerales no se extraen de los árboles, se extraen de las minas, minas que está prohibido abrir en suelo español, nuestro país quiere el coche eléctrico pero los minerales que los extraiga otro.

    Todas estas minas son tremendamente perjudiciales para el medio ambiente, se necesitaría multiplicar por 7 la extracción de litio para cumplir los planes de Europa en cuanto a número de coches. Mientras Europa se jacta de que utiliza coches verdes y cero emisiones (mentira) los países del tercer mundo extraen esos contaminantes minerales para producir esos coches.

    Autonomía

    Vayamos ahora con la autonomía, con 60/70 litros de gasolina, tenemos entre 800/900 kilómetros de autonomía. La mejor autonomía en un coche eléctrico la tiene Tesla con unos 400 kilómetros, según la marca, porque en realidad esa cifra se reduce. Son 400 kilómetros con un ocupante, sin maletas, carretera llana y bien asfaltada, sin calor ni frío extremo, sin aire acondicionado o calefacción, y con el coche nuevo, porque con los años las baterías van perdiendo eficiencia y autonomía, como un móvil.

    Es posible que algún dueño de un Tesla de 100.000 euros se tenga que poner el abrigo dentro del coche para poder llegar a su destino sin poner la calefacción. Pero esto no es todo, la rapidez de carga tiene sus límites, la carga rápida de algunos coches eléctricos es de una hora, así que prepárense para tener que hacer viajes mucho más largos. ¿Electrolineras? Hay muy pocas, y dudo mucho que en 2035 haya tantas como gasolineras ahora en España.

    Eliminación del diésel

    La operación verano consistirá en colas interminables de coches para poder recargar sus baterías, muchos tendrán que hacer noche en algún hotel cercano para recargar el coche. ¿Cargar el coche en la ciudad? otro problema, la mayoría de las casas tendrán que duplicar la potencia contratada para poder cargar su coche, eso los privilegiados que tengan garaje, en España hay 24 millones de vehículos, 12 de ellos duermen en la calle ¿vamos a poner un cargador cada 2 metros en todas las calles de España? ¿cuánto se deteriorarán las baterías de los coches durmiendo todos los días en la calle? Preguntas sin respuesta todavía.

    Estos son algunos de los problemas que plantea el coche eléctrico, hay más. Hay dos posibilidades, que la Unión Europea no se haya planteado estas preguntas, de lo contrario no prohibiría la venta de coches diésel para 2035, la otra opción es que sí se lo haya planteado y quiera precisamente eso, que no tengamos coche, independencia y autonomía.

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      Un sesgo psicológico contra la economía austriaca

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Friday, 10 March, 2023 - 11:00 · 6 minutes

    En el que posiblemente es el ensayo seminal sobre como los sesgos psicológicos influyen en nuestras decisiones de inversión [1] , el autor Jason Zweig nos explica la conocida como paradoja de Ellsberg, descubierta por dicho investigador.

    Tenemos dos urnas delante de nosotros. La primera de las dos (Urna 1) contiene 50 bolas rojas y 50 bolas negras. La Urna 2 contiene también 100 bolas, pero no sabemos cuántas de ellas son rojas y cuántas negras. Te dan una recompensa de 100 Euros si sacas una bola roja, de una de las dos urnas a elegir. ¿Cuál urna escoges?

    La mayor parte de la gente, según parece, escoge la Urna 1. Hasta aquí nada raro. Lo interesante ocurre si a continuación les dices a los mismos sujetos que ahora la recompensa se la darás si la bola que sacan es negra. La sorpresa estriba en que la mayor parte de la gente vuelve a elegir la Urna 1. Esto es inconsecuente con la primera decisión, en la que implícitamente la gente estaba asumiendo que la Urna 2 tenía menos de 50 bolas rojas y, por tanto, más de 50 bolas negras. Lo coherente hubiera sido escoger esta segunda urna para, según el sujeto que para sacar una bola roja había elegido la Urna 1, tener más posibilidades de ganar la recompensa.

    Ellsberg se encontró con que el “error” persistía después de explicar a la gente que lo que hacían no tenía sentido, e incluso si se les pedía que apostaran dinero a si escogían la urna correcta. Y esto le ocurría no solo a la gente corriente, sino también a economistas y expertos en teoría de decisión.

    Años después, nos sigue contando Zweig, otros investigadores hicieron un experimento parecido, usando diferentes barajas de veinte naipes, una con diez rojos y diez azules, y la otra con un número desconocido de cada color. A los sujetos del experimento les medían la reacción de las distintas partes del cerebro en el momento de la decisión. Lo que vieron fue que, cuando el sujeto se planteaba elegir el segundo mazo, se activaba la amígdala y se bloqueaba el caudal. O sea, se activaba el área que genera miedo, y al mismo tiempo se bloqueaba el camino neurológico por el que nos llega el placer asociado a la confianza y el control.

    La conclusión de estos (y supongo otros muchos) experimentos es que los seres humanos tenemos una gran aversión, miedo si se quiere, a la incertidumbre. Este miedo nos hace actuar muchas veces de forma ilógica y contra nuestros intereses, como ocurre en el experimento de las unas antes descrito. Es un sesgo psicológico que nuestro cerebro ha desarrollado evolutivamente, o sea que ha permitido la supervivencia en determinados momentos de la evolución, por lo tan malo no será. Pero en momentos concretos, y más en la actualidad en que ya no existen las mismas amenazas a la supervivencia que hace millones de años, nos juega malas pasadas.

    ¿Cómo luchar contra la incertidumbre? Una forma bastante efectiva es poner números. En el ejemplo de las bolas, saber su número la reduce considerablemente, y preferimos la opción sobre la que tenemos información cierta hasta el punto de ser inconsecuentes.

    Los números nos dan certidumbre y actúan también como “ancla” para nuestras decisiones. Pero puede ocurrir que esos números no tengan sentido, por mucha certidumbre psicológica que nos generen. Zweig nos demuestra con datos algo que todos intuimos: que los analistas de Bolsa son lamentables en sus predicciones. Y, sin embargo, los inversores prefieren una predicción precisa, aunque errónea, a una vaga pero correcta [2] . Dicho de otra forma, vamos a tender a fiarnos más de alguien que diga que la Bolsa va a subir este año un 5,3%, que de quien nos diga que la Bolsa va a subir en los próximos meses.

    ¿Puede afectar este sesgo psicológico, que todos tenemos, a la forma de abordar la teoría económica y de hacerla comprender a terceros? Me temo que sí, puesto que el enfoque que consiga producir números, aunque sean absurdos, podrá aprovechar esa ventaja que le da el sesgo para parecer más rigurosa.

    Herramientas como la estadística, la econometría o incluso la aplicación de técnicas de Machine Learning, permiten a los economistas neoclásicos la obtención de resultados numéricos para magnitudes económicas y sus relaciones. Consiguen que sus modelos den lugar a números que mostrar al mundo. Todo ello lo basan en un modelar al ser humano como computador optimizador, modelo les permite poner sus hipótesis económicas en formato matemático, y obtener deducciones que contrastar con la realidad.

    Frente a ello, la teoría económica austriaca asume un ser humano innovador, creativo, que tiene que descubrir la información, y que dista de ser un computador. Como no podemos anticipar cómo reaccionará el ser humano ante cada circunstancia, el economista austriaco renuncia a las matemáticas para explicar la economía. Utiliza la lógica, en su denominación de praxeología.

    De hecho, la incertidumbre es consustancial a la teoría económica austriaca. Las únicas predicciones que puede hacer un economista austriaco, nos dice Hayek, son de patrones de comportamientos en el caso concreto de imposiciones regulatorias por los Estados. No se puede predecir, científicamente, nada de lo que ocurrirá en un mercado no intervenido. Ni se puede predecir, ni mucho menos cuantificar.

    Y es por ello que el sesgo psicológico contra la incertidumbre, lo es también contra la economía austriaca. El teórico neoclásico va a ser capaz de sacar un número de sus modelos: por ejemplo, “ el IPC bajará un 2,35% durante 2023 ”. Esa frase da certidumbre, aunque todos sepamos racionalmente que es imposible predecir el IPC, y que con todo el dinero que han introducido los bancos centrales en los últimos años, lo normal sería que el IPC se disparara, en lugar de bajar.

    El análisis racional y lógico te lo proporciona la economía austriaca, pero el número y la certidumbre te lo dan la neoclásica. ¿Por cuál tenderá a inclinarse nuestro cerebro? Ahora ya sabemos que seremos atraídos irresistiblemente por ese número, aunque carezca de sentido, sepamos que realizar tal previsión no es posible, y además sea racionalmente contraria a la teoría económica.

    Ello también nos proporciona una explicación a la pasión que tienen los economistas por el “cientifismo”, por llevar a la teoría económica al método científico de las ciencias naturales. Y es que en las ciencias naturales sí que están alineados el sesgo psicológico con el avance científico. Para que luego digan los de ciencias que lo difícil es lo suyo.


    [1] Zweig, Jason: Your money and your brain, 2006.

    [2] analysts are lousy at predicting corporate earnings; yet investors prefer a precise but wrong forecast over a vague but accurate one ”. Los datos que muestran dicha incapacidad predictiva se refieren no solo a beneficios corporativos, sino en general a evolución de mercados.

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      Bitcoin y el derecho de propiedad

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Thursday, 9 March, 2023 - 11:00 · 5 minutes

    Muchos defensores de Bitcoin utilizan términos como inconfiscable o incensurable, y en mi opinión son términos demasiado absolutos. Mucho más prudente sería decir “difícil de confiscar” y “resistente a la censura”. No niego que estos términos pueden estar bien para transmitir estas ideas de manera más simple y gráfica en un contexto informal, pero si queremos tratar estas cuestiones con detenimiento y rigor, creo que hay que ser cuidadoso.

    La aportación de Bitcoin

    En mi opinión, lo que Bitcoin aporta que no existía antes es una forma de poseer valor que en muchos aspectos es un orden de magnitud más conveniente y barata que otras formas que existían hasta entonces. El simple conocimiento de una clave es suficiente para poder disponer de unidades de Bitcoin, ya sea para atesorarlas o para transmitirlas.

    Nótese que la propiedad y la posesión son cosas distintas. Si yo firmara un contrato con un custodio de Bitcoin en Suiza, quien tiene la posesión material de los Bitcoin es el custodio, pero quien tiene la propiedad en sentido jurídico soy yo.

    Prefiero utilizar el verbo poseer y no el término propiedad porque no quiero meterme en camisa de once varas, ya que la propiedad en sentido jurídico es un asunto mucho más complejo y que depende de la filosofía del derecho que aplique cada uno, y en este sentido no existe una sola visión, cada escuela tiene su propia interpretación. Unos dirán que la propiedad es lo que el Estado diga que es tuyo, pues es el que en última instancia tiene la fuerza, otros dirán que la propiedad es un derecho natural del individuo.

    Por lo tanto, prefiero quedarme en el simple hecho de la posesión material de Bitcoin, es decir, la capacidad técnica o material de tenerlos o transmitirlos.

    Autocustodia no implica soberanía

    Lo que voy a decir a continuación puede que a muchos bitcoiners les parezca una blasfemia, pero la cruda realidad es que el estado tecnológico de bitcoin para la autocustodia está tan verde, que dependiendo de la cantidad y de las circunstancias particulares de cada uno, Bitcoin puede ser bastante más difícil de confiscar o robar si está custodiado por un tercero especializado que sí está custodiado por uno mismo. Es decir, hoy por hoy la autocustodia no implica necesariamente mayor “soberanía”.

    La autocustodia además tiene un mayor riesgo de cometer un error y pegarse un tiro en el pie, sobre todo en el estadio técnico actual. Aunque también hay que decir que si bien es mucho menos probable que un tercero especializado en custodia cometa algún error, por otro lado es un objetivo mucho más rentable de atacar por parte de los amigos de lo ajeno porque al tratarse de un custodio siempre va a poseer mucha más cantidad de Bitcoin que los usuarios individuales. Y por amigo de lo ajeno no me refiero solo a ladrones, también a presidentes de la democracia más avanzada del mundo, como Roosevelt y su orden ejecutiva 6102 o “expropiese ese oro”, al más puro estilo Chávez.

    Posesión y libertad

    En todo caso, sí que creo que esta nueva manera de poseer valor sienta las bases para mayores cotas de libertad y esperanza para recuperar terreno frente al totalitarismo estatal. Al estar la posesión estructurada a través de software, es infinitamente más barato que toda la infraestructura que necesita un Estado para proporcionar seguridad jurídica y garantizar la posesión de los bienes de sus ciudadanos (legisladores, registradores de la propiedad, jueces, abogados, notarios, tribunales, cárceles, armas, cuerpos de policía, ejército, etc).

    La moneda fiat no escapa de estos costes. Por ejemplo el valor de los Euros en  las cuentas corrientes de nuestros bancos tienen una enorme dependencia de que en caso de ser necesario puedan ejecutar las hipotecas que tienen en su activo, y para eso es necesario un sistema jurídico que garantice la propiedad de los inmuebles porque si la propiedad sobre un inmueble o cualquier otro bien es incierta, su valor también será incierto, el sistema también debe habilitar al banco ejercer cualquier otro derecho de cobro contra el hipotecado o cualquier otro deudor del banco.

    El papel de la seguridad jurídica

    En general, como la moneda fiat está esencialmente respaldada por créditos que están en los activos de los bancos, evidentemente es esencial que exista una gran seguridad jurídica para que estos créditos tengan valor, es decir, que haya una razonable certidumbre de que los deudores paguen sus deudas.  Por eso los países que tienen poca tradición en el cumplimiento de los contratos y/o pobre seguridad jurídica tienen monedas fiat de mala calidad o incluso pésimas. Y al contrario, los países con gran seguridad jurídica y gran tradición en el cumplimiento de los contratos suelen tener monedas fiat relativamente mucho más sólidas.

    No habría que caer en el error de afirmar que con Bitcoin termina la necesidad de seguridad jurídica. Eso sería un disparate porque Bitcoin sirve para ser intercambiado en algún momento por otros bienes que necesitamos, y para poder disfrutar de muchos de esos bienes sí que es imprescindible la seguridad jurídica. Eso sí, que haya que incurrir en estos costes, no implica que la moneda fiat y el sistema bancario no supongan un coste adicional porque ya aprovechan la infraestructura que tendría que existir igualmente sin ellos. El coste existe igualmente en la proporción que corresponda junto con el que sería imputable para garantizar la seguridad jurídica en todos los demás ámbitos.

    El Leviatán

    En todo caso, lo anterior no quita que para el caso concreto de Bitcoin hayamos dado un paso de gigante en la capacidad individual de poseer valor, y lo que este avance puede suponer en términos de libertad frente al Estado. Recupero aquí una cita de Hobbes que muy a menudo utiliza acertadamente mi compañero en esta casa Alvaro D. María:

    Una quinta doctrina que tiende a la disolución del Estado afirma que cada hombre particular tiene una propiedad absoluta en sus bienes, y de tal índole que excluye el derecho del soberano. Cada persona tiene, en efecto, una propiedad que excluye el derecho de cualquier otro súbdito, y la tiene solamente por el poder soberano sin cuya protección cualquier otro hombre tendría igual derecho a la misma. Pero si el derecho del soberano queda, así, excluido, no puede realizar la misión que le fue encomendada, a saber: la de defenderlos contra los enemigos exteriores y contra las injurias mutuas; en consecuencia, el Estado cesa de existir.

    Thomas Hobbes , Leviatán (Capítulo XXIX – De las causas que debilitan o tienden a la desintegración de un Estado)

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      Ferrovial como síntoma de España

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Wednesday, 8 March, 2023 - 11:00 · 6 minutes

    La semana pasada éramos conocedores de que Ferrovial trasladará su sede de España a los Países Bajos a través de una fusión con Ferrovial Internacional, una filial propiedad al 100% de Ferrovial y ya domiciliada en los Países Bajos. Tras conocerse la noticia, el Gobierno de España estallaba en exabruptos hacia Ferrovial y, especialmente, hacia su presidente ejecutivo, Rafael del Pino Calvo-Sotelo, llegando incluso el presidente del Gobierno a calificarle de “desleal” en una rueda de prensa oficial.

    El traslado de la sede social a los Países Bajos por parte de Ferrovial y las incendiarias, innecesarias y absolutamente infantiles críticas por parte del Gobierno de España no son más que un síntoma de nuestro país: un gobierno que legisla al ritmo que marcan sus socios más radicales y sin pensar en las posibles consecuencias y que, cuando dichas consecuencias aparecen decide hacerse notar alzando la voz, pero sin mover un dedo por solucionar el problema.

    Demonizar a los empresarios no es buena idea

    Antes de entrar a analizar las razones que podrían haber llevado a Ferrovial a tomar esta decisión cabe mencionar la que sería mi posición con respecto a cualquier empresa que tome una decisión similar: ha sido el Consejo de Ferrovial el que ha propuesto a sus accionistas trasladar la sede social a los Países Bajos, y los accionistas se hallan plenamente en su derecho de tomar la decisión de hacerlo si esto es lo que mejor conviene a sus intereses particulares, y esperemos que así siga siéndolo siempre.

    Hay multitud de diferencias de carácter fiscal y competitivo que podrían llevar a cualquier empresa -y más a una con un enorme volumen de negocio internacional como Ferrovial, con más del 80% de su facturación total teniendo lugar fuera de España- a querer trasladar su sede social a los Países Bajos. Entre ellos, el principal motivo es, sin duda, que, a diferencia del presente Gobierno de España, el de los Países Bajos no se dedica día tras día a demonizar a sus empresarios y al tejido productivo nacional utilizándolos a la par de chivo expiatorio para todos los problemas y de cajero automático para tapar agujeros fiscales. Mientras tanto, en los Países Bajos encontramos un marco legislativo y regulatorio más estable y flexible, como a continuación veremos.

    Me cuesta mucho entender de qué se queja el Gobierno de España con la marcha de Ferrovial, ya que han sido precisamente ellos los que, con su legislación y fiscalidad extractiva han incentivado a que multitud de empresas planteen mover su sede social a otro país con una fiscalidad más atractiva, sobre todo en caso de tener una elevada proporción de la cifra de negocio allende de nuestras fronteras.

    La fiscalidad

    El primer beneficio de trasladar la sede social a los Países Bajos lo encontramos en lo relativo a la fiscalidad sobre los dividendos de las filiales. Mientras en España el 95% de dichos ingresos están exentos de tributar (antes de 2021 era el 100%), en los Países Bajos se encuentran plenamente exentos. De hecho, la decisión del Gobierno de España de eliminar la completa exención es algo excepcional entre sus homólogos europeos, ya que lo normal dentro de la UE es una completa exención fiscal sobre los dividendos de las filiales internacionales para prevenir la doble imposición.

    Además, Rafael del Pino Calvo-Sotelo y varios miembros del Consejo de Ferrovial podrían verse personalmente beneficiados por la decisión en el plano tributario (lo cual es plenamente legal y legítimo). Cabe destacar que el gobierno corporativo de Ferrovial no se alteraría por la absorción, ya que su marco se ajustará al actual una vez completada la fusión excepto por las modificaciones que requiera la normativa local de los Países Bajos. Por ello, el Consejo de Ferrovial Internacional tendrá exactamente los mismos miembros que el actual de Ferrovial.

    Muchos miembros de dicho Consejo se verán beneficiados con el cambio de sede, ya que lograrán esquivar el “impuesto a las grandes fortunas” ya aprobado por el ejecutivo sanchista y que pretende recaudar 1.500 millones incidiendo en 23.000 contribuyentes españoles con un patrimonio individual de más de 3 millones de euros. Con la fusión, muchos miembros del Consejo podrían verse beneficiados y esquivar prácticamente dicho nuevo tributo.

    Financiarse en los Estados Unidos

    Por otra parte, y en contra de lo que han comentado algunos analistas, Ferrovial no tendría por qué perder a muchos de sus directivos con esta operación, ya que en base a la normativa europea del 30%, Ferrovial podría ofrecer el 30% de los salarios de sus empleados internacionales libres de impuestos, lo que incentivaría a que muchos directivos se trasladaran a Países Bajos.

    Otro de los aspectos más comentados esta semana ha sido el de si realmente tiene sentido estratégico trasladar la sede social a Países Bajos por el deseo de Ferrovial de cotizar en Estados Unidos, y la respuesta es un rotundo sí.

    Un marco jurídico estable

    Debemos tener en cuenta que los Países Bajos tienen una muy elevada calificación crediticia y un marco jurídico de los más estables de Europa, siendo estos dos factores de los más importantes para los inversores institucionales internacionales, que en el caso de Ferrovial son más del 93%. Para estos inversores el riesgo país es crucial, y, por ello, si Ferrovial permanecía en España esto podía repercutir muy seriamente en sus costes de financiación, especialmente cuando en el último año su deuda no vinculada a proyectos de infraestructuras ha incrementado en 486 millones de euros en total, acercándose a una calificación BBB que puede ser peligrosa en algunos mercados.

    A este respecto, si comparamos las calificaciones crediticias de España y Países Bajos, veremos que son un factor diferencial a tener en cuenta. Mientras España tiene calificaciones situadas entre el A de S&P y el BAA de Moody’s -situándose muy lejos en ambos casos del AAA máximo-, los Países Bajos reciben una calificación mínima de AA+ por parte de S&P y máxima de AAA según Moody’s, lo que muestra su excelente solvencia. Por lo tanto, es absolutamente comprensible que si Ferrovial quiere tranquilizar a sus inversores y expandirse a nivel internacional trate de reducir el coste de su financiación minimizando el factor del riesgo país.

    El gobierno español es el responsable

    Por último, y más allá del entramado legislativo y fiscal del país, encontramos que los Países Bajos se hallan varios escalones por encima de España en cuento a dinamismo y competitividad empresarial, lo cual siempre es un factor muy positivo de cara al mercado internacional.

    Por ejemplo, en el Informe de Competitividad Global publicado por el Foro Económico Mundial, los Países Bajos se sitúan en cuarta posición para la transformación económica, tan solo por detrás de Finlandia, Suecia y Dinamarca, mientras España se halla más de 10 puestos por debajo. Otros índices, como el elaborado por el Institute for Management Development , sitúan a los Países Bajos como el segundo mejor en rendimiento económico y el cuarto mejor en eficiencia empresarial, mientras España no se clasifica dentro del top 10 en ninguno de estos indicadores.

    Por lo tanto, está claro que ha sido el propio gobierno de España, con sus múltiples políticas extractivas y ataques frontales a la creación de valor y riqueza, el que ha terminado por expulsar a Ferrovial de España. Dicha empresa simplemente ha hecho lo que debía hacer, que es defender los intereses de sus accionistas, que se hallan muy alejados de la ineficiencia y la extracción fiscal españolas.

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      Cómo y por qué Italia introdujo los confinamientos en Occidente

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Tuesday, 7 March, 2023 - 11:00 · 9 minutes

    La eficacia de una propaganda política depende esencialmente de los métodos empleados y no de la doctrina en sí. Las doctrinas pueden ser verdaderas o falsas, pueden ser sanas o perniciosas, eso no importa. Si el adoctrinamiento está bien conducido, prácticamente todo el mundo puede ser convertido a lo que sea.

    Aldous Huxley

    • Los confinamientos ante pandemias no tienen precedentes en la historia contemporánea
    • Las pandemias de 1918, 1957 y 1968, sin confinamientos, no produjeron daños económicos
    • Todos los estudios rigurosos no han mostrado más beneficios que perjuicios de los confinamientos
    • Italia introdujo el experimento de los confinamientos en Occidentes por razones políticas. Sus vínculos y acuerdos con China no tenían parangón en ningún país europeo en 2020

    Al contrario de lo que podamos pensar, y de lo que nos hayan hecho pensar, el confinamiento de poblaciones enteras ante la aparición de un patógeno no tiene precedentes. No, al menos, en la era contemporánea. Históricamente con razón el Nobel de Química en 2013 Michael Levitt criticó los confinamientos de 2020 como una ‘estrategia medieval’.

    Otras epidemias

    Por ejemplo, en 1968-69 EEUU sufrió la pandemia de la gripe de Hong Kong y jamás se consideraron confinamientos. Tampoco el uso de máscaras por la población. Y se mantuvo una normalidad, tal como la celebración del histórico Festival de Música de Woodstock, un hito en la historia del movimiento hippy norteamericano.

    Lo mismo podemos decir de la pandemia de gripe H2N2 de 1957-58. El abordaje de ambas pandemias fue tan alejado de cualquier medida extrema y totalitaria que apenas las recordamos. Tampoco la famosa pandemia de gripe española de 1918, la que mayor tasa de mortalidad ha producido a nivel global en la era contemporánea, generó ninguna respuesta de confinamientos poblacionales.

    Es por ello que la respuesta al covid19 sí ha producido enormes y profundos daños económicos, pero vagamente la gripe española. No fue el virus, sino el desastre evitable de los confinamientos y los cierres. Los economistas Efrain Benmelech y Carola Frydman escribieron sobre la pandemia de 1918: “la gripe española apenas dejó marca en el agregado de la economía norteamericana. Incluso según algunas estimaciones la economía creció en 1919 un 1%.

    El modelo chino

    El covid19 desató una estrategia extrema sin precedente alguno en la historia moderna de la salud pública. La respuesta a por qué se hizo reside simplemente en una dictadura comunista que impuso su modelo. Hasta 2020, ni siquiera la OMS establecía en los protocolos de respuesta a pandemias víricas los confinamientos poblaciones como una opción sensata y científica. Igual que había descartado por cierto el uso de máscaras de acuerdo a la mejor evidencia.

    Por supuesto toda estrategia cincelada por una dictadura tiene su propaganda, y los medios (en su inmensa mayoría bien regados con millones de dinero público) justificaron las medidas extremas bien con 4.000 vidas salvadas en nuestro país o bien con 450.000 poco después sin importar la incongruencia, usando los mismos tipos de modelos cocinados que el Imperial College en Reino Unido en marzo de 2020 se sacó de la manga para intentar dar aspecto científico a los confinamientos. Mientras se crearon modelos para justificar lo que la acción política de entonces quería. Se ignoraron todos los estudios robustos, minuciosos y basados en evidencias que desde 2020 echaban por tierra la utilidad de los confinamientos.

    Lockdown files

    Por cierto, los medios españoles parecen apenas hacerse eco de la publicación por The Telegraph, el principal y más prestigioso rotativo británico, de los Lockdown Files , Documentos o Trama del Confinamiento. Estos documentos dan para un reportaje en sí mismo, y han puesto contra las cuerdas al gobierno británico. Demuestran, con más de 100.000 mensajes, que las medidas de restricciones, confinamientos, mascarillas no se basaron en ciencia y evidencia sino en poder, política y control.

    Mientras, el propio ministro de Sanidad se mofaba de los ciudadanos víctimas de los encierros. Todo ello, según confirma el Telegraph , con la cómplice colaboración de medios como la BBC para azuzar en la población un clima de medio y pánico que generase obediencia.

    Mortalidad y confinamiento

    • Ya en mayo de 2020, la periodista de Bloomberg Elaine He publicó ‘Los datos del experimento del confinamiento en Europa ven la luz’ que usaba un baremo de la U. de Oxford sobre lo estricto de cada confinamiento en cada región o país. Tras comentar los diferentes enfoques de distintos países europeos y de EEUU, afirma “como se observa en los gráficos, hay muy poca correlación entre lo estricto de los confinamientos y la capacidad para reducir la mortalidad”
    • The Lancet analizó en verano 2020 datos de 50 países. Halló correlación de mortalidad covid con obesidad o tabaquismo, pero ninguno con que la población estuviera confinada.
    • Frontiers in Public Health en noviembre de 2020 presentó un análisis de 160 países durante toda la primavera verano y otoño de ese año. Concluyeron: “La adherencia a las medidas establecidas para combatir la pandemia como los confinamientos no tiene relación con la tasa de mortalidad”
    • La Universidad de Tel Aviv en Israel recopiló para otoño de 2020 los datos de movilidad que Apple publicó para millones de usuarios de iPhone. El estudio no halló ninguna correlación de la tasa de mortalidad de un área dada con lo estricto de un confinamiento ni con su duración.

    Universidad de John Hopkins

    En 2022 el debate de los confinamientos lo cerró un estudio de la U. John Hopkins (finalmente la prensa sí dio cuenta del mismo, como aquí ABC , o aquí La Razon ) que concluyó que en el mejor de los casos la mortalidad covid la redujeron un ínfimo 0.2%, ello claro sin tener en cuenta toda la mortalidad total extra que generaron.

    Pero, ¿por qué precisamente Italia fue el abanderado occidental de los confinamientos que hizo a los demás países imponer dicha estrategia medieval? No fue sin duda casualidad. Y las razones profundas y verdaderas para entenderlo no residen en la epidemiología de febrero de 2020 sino realmente en otra cuestión: la política.

    Cómo Xi Jinping cerró el mundo

    El columnista y abogado de San Francisco Michael P. Senger realiza una labor de investigación encomiable en su best-seller que traducido se leería como “Encantador de serpientes: Cómo Xi Jinping cerró el mundo”. En él, establece las claves para entender el papel fundamental de Italia para desatar en Occidente entero como un dominó la espiral de encerrar a las poblaciones en sus casas a pesar de no tener ni precedentes históricos ni evidencia científica. Imponiendo por tanto un modelo de corte dictatorial sin ciencia ni ética. Y para resumirlo, nos ceñiremos objetivamente a hechos, sucesos y eventos contrastados y contrastables.

    Italia, desde el inicio de su república en el siglo XIX ha sabido mantener una democracia formal con un grado elevado de corrupción endémica propio de otro tipo de países. En 2013, el Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo empezó a despuntar como un partido populista, una plataforma política que estableció tempranos vínculos e influencias de China que no hizo sino reforzarlas conforme fue ganando poder, tal como incluso reconocía el New York Times hablando de las alianzas de Italia con China justo un año antes de todos estos eventos, en marzo de 2019.

    Italia

    En 2018 Giuseppe Conte, del Movimiento 5 Estrellas, había logrado ser nombrado primer ministro de Italia. Y no por casualidad pronto Italia fue el primer país europeo en firmar un acuerdo de infraestructuras sin precedentes en nuestro continente con el país comunista.

    Justo el mismo día en que se cierra ese acuerdo, el 23 de marzo de 2019, el entonces ministro italiano de sanidad, el también miembro del 5 Estrellas Giulia Grillo firmó un acuerdo bilateral China-Italia denominado ‘Plan de Acción de Cooperación Sanitaria’.

    En realidad, ese plan era una continuación de la cooperación sanitaria iniciada por el antiguo primer ministro italiano miembro del Partido Comunista del país en el año 2000, Massimo D’Alema. Para 2019, D’Alema servía a la estructura del Partido Comunista de China y lideraba un nuevo partido italiano, el Articolo Uno.

    En septiembre de 2019, Roberto Speranza debuta como nuevo ministro de sanidad siendo miembro del partido Articolo Uno y justo un mes después el primer ministro Conte visita las oficinas de Technogenetics , una empresa china en Italia que desarrollaría semanas después los primeros test PCR que se usaron en Wuhan. Es difícil no asombrarse de este cúmulo de acontecimientos que resulta hoy imposibles analizarlos como casualidad.

    Diplomacia china

    El 8 de noviembre de 2019 el ministro de sanidad Speranza firmó un acuerdo de implementación del arriba mencionado acuerdo de cooperación sanitaria de meses atrás y el día 23 de ese mes el fundador del Movimiento 5 Estrellas Beppe Grillo tuvo un largo encuentro con el embajador chino del que nunca trascendió nada.

    El 21 de febrero de 2020 Lombardía anunció el primer confinamiento al estilo de China, y dos días después fue la primera vez que un país occidental declaró legalmente un confinamiento en la historia moderna.

    El 9 de marzo Italia declara por primera vez un confinamiento nacional, al poco de lo cual enviados de China recomiendan a las autoridades italianas las más duras medidas posibles. A partir de entonces comenzó una avalancha de pánico y desinformación coordinada desde China en Italia y muchas imágenes de muerte e incluso camiones militares con cadáveres que luego se demostraron noticias o imágenes falsas , falsas , falsas y falsas .

    Fiarse del Gobierno no es una buena idea

    Es difícil saber si algún día conoceremos toda la verdad o la parte esencial de ella, o al menos la llegará a conocer nuestra generación, sobre las manipulaciones, los fraudes y las mentiras que condujeron a encerrar a docenas de millones de personas en el mundo a partir de 2020 y que produjo tal catástrofe social, y ello sin haber además tenido ninguna utilidad para lo que se justificaron.

    Si algo deberíamos haber aprendido de aquellos sucesos es que el Gobierno y las autoridades públicas son muchas veces las últimas personas y organizaciones en que se puede confiar. Como algún liberal en las redes acuñó durante 2020, ‘la mejor teoría de la conspiración es creer que el Gobierno está para cuidar de ti’.

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      Dilbert, última víctima de los mass media

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Monday, 6 March, 2023 - 11:00 · 4 minutes

    Uno de los lugares comunes en las conversaciones sobre la mala calidad de los contenidos de televisión en España es hacer referencia al programa La clave . Es curioso que un programa que, en su segunda versión, dejó de emitirse hace treinta años todavía sea el ejemplo de televisión que se recuerda mayoritariamente.

    Somos muchos los que ya peinamos canas y sólo recordamos La clave por los cortes que hemos podido ver a través de internet. Y es que precisamente en nuestra juventud internet nos vino a rescatar de la dependencia de recibir a través de las ondas contenidos de calidad.

    Televisión y motores de combustión

    Pero internet no ha sustituido a los tradicionales medios de comunicación totalmente. No existió, por fortuna, una prohibición de la radiodifusión una vez que internet llegó a un porcentaje considerable de la población. A diferencia de con el motor de combustión, no existe ningún interés político en acelerar artificialmente el proceso (más bien al contrario), y llevamos veinticinco años de una lenta transición que está teniendo un impacto en nuestras sociedades.

    La televisión se ha convertido en un medio especializado en la tercera edad y en la franja de la población que aspira a que la entretengan con el menor esfuerzo mental posible. La radio aspira a algo parecido, pero sin dejar de cumplir su tradicional misión de colar la agenda política que toque.

    Esto no quiere decir que los que no consumimos televisión o radio seamos más cultos o inteligentes. Simplemente hacemos un esfuerzo ligeramente mayor por buscar contenidos en otras partes, que pueden ser igual de banales, pero sí requieren hacer algo más que encender un receptor.

    Más variedad, menos cohesión

    El problema con los contenidos de internet radica en su mayor fortaleza: la infinita variedad. Puedes consumir horas de contenidos sin que estos coincidan con los que consume tu vecino, tu compañero de trabajo o tu peluquero. Y el sentido de pertenencia a un grupo se resiente cuando la mitad de las conversaciones banales sobre lo que otros ven te son ajenas.

    Así que los medios de comunicación de masas van perdiendo calidad al mismo tiempo que mantienen su papel de cohesionador de la sociedad. Una muy mala combinación.

    Dilbert

    Uno de los contenidos de calidad que algunos hemos podido consumir gracias a internet son las viñetas humorísticas de Scott Adams. Dilbert y sus peripecias en un entorno corporativo nos hacen gracia a todos los que hemos estado expuestos a dicho entorno. Empecé a seguir a Scott en Twitter justo antes de que Trump ganará las elecciones en 2016. Me llamó la atención que pese a no morderse la lengua sobre lo que se estaba viviendo en su país en esos meses, sus viñetas permanecieran al margen.

    Eso le ha hecho sobrevivir todos estos años a la cada vez más habitual cancelación, pero hace una semana todo cambió; en una larga charla de dos horas en un canal de YouTube sobre la comunidad negra en Estados Unidos expresó una idea que es tabú. Solo hizo falta un video viral donde se extrae sus palabras del contexto y la amplificación brutal de los medios de comunicación de masa para que años de humor inteligente no político sean borrados del mapa.

    ¿Racismo?

    Los razonamientos de Scott Adams durante las dos horas de conversación pueden ser más o menos acertados, pero cualquier persona inteligente puede ver que no existe racismo detrás de ellos. Aunque para eso hay que dedicar varios minutos a escuchar y algo de esfuerzo en entender. Justo lo que el público de los medios tradicionales no va a hacer nunca.

    Y como son esos medios los que dictan el pensamiento comunitario, nadie se va a arriesgar a ponerse del lado de alguien al que se han declarado racista. Por lo tanto, la cancelación está asegurada.

    Y sí, lo políticamente correcto y las Big tech californianas juegan un papel en todo esto. Pero a veces nos gusta más centrarnos en las nuevas amenazas y no miramos a la que hemos tenido siempre cerca.

    Elon Musk

    Con el tiempo el papel que juegan ahora mismo los grandes medios como cohesionadores de opinión pasará a los canales de internet que consigan tener más éxito. Esa es la lucha que se está librando ahora con un Elon Musk que ha cambiado levemente lo que estaba siendo un paseo militar de un lado del tablero. Pero con toda la atención en esta batalla es posible que estemos subestimando el papel que aún tienen que jugar los grandes medios tradicionales.

    De momento estos ya se han cobrado otra víctima más. La clave pasará por saber si pasarán a la historia con trofeos menores como Scott Adams, o si los historiadores del futuro tendrán que centrar el análisis de las grandes crisis sociales de mitad de este siglo en su negativa a dejar de existir sin llevarse a la sociedad que los aupó con ellos.

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      En defensa del Capitalismo: ¿es antinómico con el amor?

      ancapism.marevalo.net / IJM Analisis Diarios · Thursday, 2 March, 2023 - 11:00 · 9 minutes

    La cuestión de la defensa del Capitalismo se ha abordado desde muchas perspectivas. Pero la que aquí propongo es una enfocada al ámbito cultural, y por extensión, al farragoso tema del amor. El objetivo es dar una vuelta de tuerca a lo que los antagonistas del modelo productivo le atribuyen: atomismo social, egoísmo, interés, lucro, etc.

    El matrimonio antes del capitalismo…

    Se le atribuye al Capitalismo hacer despertar en las personas el egoísmo más atroz que pueda uno imaginarse. De ahí se deduce que acabe repercutiendo negativamente en las relaciones de pareja. Por una suerte de maldad intrínseca al sistema, tanto hombres como mujeres buscan el interés personal, por encima del altruismo que algunos idealistas creen connatural a eso que llamamos “amor”.

    Esto es de lo más paradójico que pueden plantear los detractores del sistema. Leyendo a Lipovetsky, uno se da cuenta de que, hasta bien entrado el s.XIX, todos los matrimonios eran por conveniencia o, dicho de otra forma, representaban la norma general en cualquier parte del globo. Normalmente, se desarrollaba bajo la tutela de los padres y, ni el consentimiento, ni mucho menos el amor, tenían cabida. Huelga decir que el mundo interior de los amantes, la atracción física o la belleza, tampoco eran relevantes. Según Lipovetsky, bajo el Antiguo Régimen, la mayoría era de la cuerda de Montaigne “que un buen matrimonio, si es que existe, rechaza la compañía y las condiciones del amor” (Lipovetsky, 2020, pág. 59).

    … y después de su llegada

    A saber, antes de la consolidación del Capitalismo [1] con la I Revolución Industrial (circa mitad del s.XVIII), el matrimonio se basaba en el cálculo económico, el interés financiero, la preservación del patrimonio y de la posición social. Quienes culpan al modelo productivo deberían mirar hacia países en los que no existen sistemas de mercado, en donde la revolución que supuso el liberalismo político del s.XVII y s.XVIII nunca llegó a desarrollarse.

    Siguiendo los datos de Jeni Klugman y su equipo [2] , es fácil darse cuenta de que, precisamente, allí donde imperan regímenes contrarios a los principios fundamentales que han vertebrado a Occidente y en los que, evidentemente, no existe tal cosa como “economía de mercado” es donde hay una prevalencia mayor (abismal) de matrimonios forzosos con niñas (véase Figura 1), por poner un ejemplo.

    Capitalismo y tolerancia

    Así, en las zonas en las que no rige el principio de libertad de elección es donde se dan los peores casos de abusos que uno puede llegarse a imaginar. En estos países (y en Occidente hace dos siglos), al obligarse a tomar como esposa a quien imponía la familia, comunidad, reino o dinastía, la belleza pasaba a ser superflua, se eliminaba la libertad de escoger y se permitía una repartición igualitaria del matrimonio.

    Literalmente, hubo restricciones a la competencia entre individuos, a la libre cooperación, al interés personal (supeditado a los designios de terceros), a lo que Lipovetsky llama “la regulación social de la belleza”. Esto producía una equivalencia entre hombres y mujeres que garantizaba la igualdad de resultados. En el fondo se trataba de combatir la belleza desigual, la lotería genética es caprichosa, así como las tendencias en los cánones de belleza; lo que hoy puede parecernos poco agraciado, antaño, quizás, era sinónimo de lindeza, y viceversa.

    Literalmente, hubo restricciones a la competencia entre individuos, a la libre cooperación, al interés personal (supeditado a los designios de terceros), a lo que Lipovetsky llama “la regulación social de la belleza”. Esto producía una equivalencia entre hombres y mujeres que garantizaba la igualdad de resultados. En el fondo se trataba de combatir la belleza desigual, la lotería genética es caprichosa, así como las tendencias en los cánones de belleza; lo que hoy puede parecernos poco agraciado, antaño, quizás, era sinónimo de lindeza, y viceversa.

    En cierto sentido, la domesticación de la belleza por medio de la alianza objetiva permitía a los menos agraciados evitar vivir sin pareja sexual (requisito sine qua non para la reproducción). Aun así, siempre ha habido todo tipo de rituales para mejorar la atracción sexual (cosa que parece contradictoria al limitar la oferta y la competencia entre individuos). Esta libertad se extrapola incluso hacia los diferentes tipos de matrimonios que se dan entre personas del mismo sexo, sorprendentemente (nótese el tono irónico), allí donde el Capitalismo triunfó es donde ha nacido la tolerancia respecto a la diversidad sexual.

    Capitalismo y emancipación

    Es lugar común escuchar que el modelo perpetúa una suerte de patriarcado que oprime sistemáticamente a las mujeres, esto daría para un artículo, libro o tesis doctoral aparte, pero de soslayo hay que señalarles a quienes sostienen dicha premisa que, precisamente, donde ha surgido la economía de mercado es donde han aparecido los movimientos emancipadores que, en origen, buscaban la isonomía entre sexos, es decir, la igualdad ante la ley. Otrora del advenimiento de la sociedad de mercado, a las mujeres se les confiscaba el poder de rechazar la relación sexual. Esta decisión venía decidida por individuos ajenos a las mismas.

    Las primeras voces críticas con el matrimonio basado en el interés familiar o grupal datan de la segunda mitad del s.XVIII y se fundamentaban en el rechazo a la libre elección de los cónyuges. Fue precisamente la sociedad burguesa, esto es, la élite social, la que elogió a lo largo del s.XIX el matrimonio por inclinación, en contraposición al matrimonio por conveniencia.

    La privatización del matrimonio

    Este largo proceso histórico culmina con la Gran Guerra, en la cual, los matrimonios por mero interés de terceros empezaron a considerarse vergonzantes y tenderían, ulteriormente, a esconder su naturaleza. Tanto es así que lo que se empezó a considerar como relevante era encontrar, por uno mismo, sin intervención de un deus ex machina, a tu cónyuge. Este contexto es relativamente nuevo: la unión de dos personas por atracción genuina. Curiosamente, también se ha dado en los lugares donde se ha consolidado la economía de mercado. Correlación no implica causalidad, pero tampoco casualidad.

    Por ende, la unión solía ser una cuestión de grupo-social, a partir de la consolidación de la libertad de elección, pasó a ser un asunto privado. La seducción se convirtió en un imperativo subjetivo para unirse, no así la objetividad (y el economicismo) que caracterizaban a todo lo precedente. La regulación exterior empezó a estar mal vista. De ahí que, el matrimonio forzado, a ojos de un occidental, sea sinónimo de barbarie. Representa una antinomia que no puede aceptarse en una sociedad individualista y humanista.

    Banalización

    No obstante, no debe deducirse que todo lo que envuelve a los cambios en materia sexual sean positivos en su conjunto y que no existan externalidades negativas que bien merecen ser atendidas con la debida diligencia. Por ejemplo, en los últimos 20 años, con la consolidación de Internet en la mayoría de los hogares del mundo, se ha producido una sobreestimulación y banalización del sexo. En un solo clic, un hombre y una mujer pueden tener acceso visual a millones de cuerpos desnudos, pornografía y en algunas aplicaciones, incluso conocer a potenciales partners sexuales. No hay precedente alguno a esto y pensar que no tendrá consecuencias es un planteamiento naive . Todo ello ha facilitado algo que durante milenios tenía un aura de privacidad, que estaba altamente regulado por el colectivo y que incorporaba toda una serie de rituales de apareamiento.

    En la actualidad, todo está abierto, casi nada está prohibido [3] , se puede dar rienda suelta a cualquier tipo de fetichismos sin demasiado estigma social. Esto es fruto de la desregularización en este ámbito. Por un lado, es encomiable que hoy las parejas elijan libremente a sus potenciales compañeros de vida, haciéndose cargo del peso de esa libertad, que, siempre, en todo lugar y en todo momento, va asociada a la responsabilidad individual. Desde luego que, viendo la tasa de divorcios en España (7/10 matrimonios acaban en ruptura [4] ) y en la mayoría de los países occidentales, es fácil darse cuenta de que el paradigma implica riesgos y la asunción de costes considerables, pero, como decía Hayek, hay que ser dogmáticos en la defensa del valor supremo que debe regir la vida de los individuos: la libertad. Y esto lo afirmo con una congoja superlativa viendo cómo están las cosas.

    ¿Cuál es la alternativa?

    Sea como fuere, las contradicciones culturales del Capitalismo, planteadas de forma brillante por Daniel Bell, se muestran más fieras que nunca, vivimos en la modernidad líquida, en el arquetipo del amor de usar y tirar [5] , hipertrófico y banalizado. Pero, por más problemas que le veamos a las externalidades del modelo económico en materia de amor, vivimos en el mejor momento de la Historia humana. La época del flirteo, fenómeno datado en el s.XIX en los países anglosajones, es indisociable de la libertad de palabra, de la libertad de apariencia, movimiento, gesto y relación.

    Si bien es cierto que todos estos fenómenos modifican la moral tradicional, otorgan una libertad que, ninguna mente, por muy anticapitalista que sea, es capaz de repudiar, ¿cuál es la alternativa?, ¿que el Politburó decida con quién vas a pasar el resto de tu vida?, ¿que tu familia decida quién es el mejor candidato para formalizar un matrimonio?, ¿o que tu religión te encadene a alguien per saecula saeculorum?, ni los más liberticidas gozarían, a día de hoy, oponerse a la libertad de elección. Entonces, presuponiendo que hay alguna moraleja en el artículo, esta sería que: si bien el sistema económico determina cómo nos relacionamos, el egoísmo y la hipergamia no es fruto de este, sino que ha sido un axioma indisociable da che mondo è mondo .

    Bibliografía

    Lipovetsky, G. (2020). Gustar y emocionar. Ensayo sobre la sociedad de seducción. Barcelona: Anagrama.

    [1] Siempre es problemático establecer una fecha para su nacimiento.

    [2] https://www.worldbank.org/en/topic/gender/publication/voice-and-agency-empowering-women-and-girls-for-shared-prosperity .

    [3] Estoy pensando en la pedofilia, que afortunadamente conlleva repercusiones legales nada desdeñables, aunque algunos intelectuales del “Mayo francés” la vieran como una opción sexual más.

    [4] El panorama no es muy halagüeño, consultando la serie de datos que el INE pone a nuestra disposición desde el 2009, el peor año fue 2012 con un total de 110.764 divorcios, nulidades y separaciones; https://www.ine.es/dyngs/INEbase/es/operacion.htm?c=estadistica_C&cid=1254736176798&menu=ultiDatos&idp=1254735573206 .

    [5] Ver: https://diario16.com/amor-de-usar-y-tirar-2/ .

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