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La artificial polémica de la tenencia de armas
Todd Odai Gual · Monday, 1 July - 14:01 · 5 minutes
En un programa de debates llamado Sin Filtros. El panel de izquierdas dijo que el diputado Johannes Kaiser estaba impulsando una ley de libre porte de armas. Cosa que no era así. Pero el tema continuó.
En un punto, el diputado Johannes Kaiser defendiendo la tenencia (que no es lo mismo al porte) dijo que le dispararía a alguien que entrara a su casa a atacar a su familia. Maliciosamente, un noticiero nacional eliminó la parte en que el invasor entraría a agredir a su familia poniendo un titular como "Kaiser le dispararía a alguien que entra a mi casa" dejando la idea de que Kaiser le dispararía hasta al cartero. Otro diario, La Cuarta, tergiversó todavía más la narrativa confundiendo porte con tenencia. Es decir, no saben o maliciosamente confunden llevar el arma a cualquier parte con tener el arma en casa.
Esta última diferencia no es meramente retórica, no es lo mismo andar con el arma en la mochila (como actualmente lo hacen los delincuentes), sino en tener el arma en casa. Considerando además que según la ley chilena, una persona para tener un arma debidamente inscrita debe cumplir una serie de requisitos muy exigentes, y mantener el arma en una caja fuerte.
Estos requisitos los mencionó Kaiser en el debate, entre ellos: tests psicológicos, prácticas de tiro, etc. Como ese programa de debates es un gallinero donde falsamente el mejor argumento es de quien grita más alto, omitieron olímpicamente todos esos requisitos y bajan el debate a un nivel tonto como si fuera un tiroteo libre entre toda la población, como si por tener zapatos, todo el mundo se pateara el culo mutuamente cada vez que quiera sacarse brillo en el calzado.
Pero vamos un poco más al fondo de la discusión. La seguridad privada tiende a ser preventiva: candados, cerrojos de distintos niveles tecnológicos, alarmas con letreros vistosos anunciando que "esta casa está protegida", etc. Y la seguridad pública es más bien, reactiva. Llega horas después de que un delito de produjo, si es que llegan.
Años atrás, unos amigos que arrendaban un departamento entre todos. Un día llegaron del trabajo y les habían robado televisores, consolas, notebooks, hasta una afeitadora. La policía anotó todo, pero mientras anotaba reconoció que era meramente formalidad, porque en la práctica era imposible recuperar lo perdido.
Pero, ¿Qué tiene de preventivo tener un arma?
Si se sabe que en la casa A se tienen armas y en la casa B no. ¿Dónde sería más probable que un delincuente entre?
Obviamente en la B. Pero ¿cómo sabría un delincuente en qué casa se tienen armas y cuál no? Esa es la idea, que no sepa. Así, el delincuente lo pensará más veces antes de entrar a cualquiera de ellas.
La izquierda ha manipulado exitosamente el relato con la frase "¿a caso la vida (del delincuente) vale menos que tus cosas?". Manipulan la lógica, porque es el delincuente el que tomó la decisión de arriesgar su vida por unas "cosas". Además, no es solamente que un delincuente se lleve unas "cosas", también invade propiedad privada, el refugio familiar, es decir, que amenaza la seguridad de la familia toda y estos mismos delincuentes están dispuestos a matar (o incluso violar) por unas "cosas".
La izquierda no es la única culpable, la derecha no ha tenido el relato correcto y lo único que atina es a frenar un poco cada avance de la izquierda, por estupidez, ignorancia o complicidad.
Pero no es solamente un tema de discurso, y acá se ve que las ideas mueven al mundo. Ya que ese discurso defensor del agresor se ha plasmado en la ley, garantizando defensa para el delincuente y encerrando al que defiende a su familia. Si la ley continuamente favorece al delincuente, crea incentivos perversos para que haya todavía más delincuencia. Porque pueden entrar a cualquier casa sin consecuencias.
Es el delincuente el que viola el principio de no agresión y debiera estar poder enfrentarse a las consecuencias.
La izquierda utiliza instrumentalmente los "derechos humanos" creando o borrando derechos según conveniencia. En este caso, eliminando el derecho fundamental a la propiedad, e incluso a la vida, con tal de defender los "derechos humanos" del delincuente que acaba de renunciar, por decisión propia, a vivir en sociedad.
¿Pero qué gana el Estado con una mayor delincuencia? Poder. El miedo es una herramienta política. Además, para quienes creen que el delincuente "también enemigo de la propiedad" es un compañero de ruta pero algo desviado, ya que es una "víctima de la sociedad". Son instrumentales para su revolución. Acá no invento nada, es cosa de leer el Archipiélago Gulag para ver cómo se utilizaba al lumpen con fines políticos.
El mismo Estado chileno (a través de Bachelet, Piñera y ahora Boric) que permitió la entrada de inmigrantes sin filtrarlos por gente decente o delincuentes, creó el problema. Ahora pretende desarmar a la población civil con leyes que endurecen la tenencia de armas. Leyes que dejarían indefensos todavía más a la población decente, puesto que los delincuentes no tienen ningún afán de cumplir leyes, ni las actuales ni las futuras, por mucho que las endurezcan.
Los delincuentes consiguen el armamento en el mercado negro, no en el regulado. Las leyes a favor del desarme de gente decente tienen otra motivación: asegurar un gobierno totalitario. Esto es clave.
Parafraseando a Murray Rothbard: Lo verdaderamente utópico es que la población entregue todas sus armas al Estado y luego espere que este mismo no se vuelva tiránico.
¿Qué haría un Estado después de desarmar a toda la población? Lo que este quiera.
Además, el foco del Estado en desarmar a la población civil solamente afectará a quienes son respetuosos de la ley, porque como mencionamos antes, los delincuentes ya tienen libre tenencia y porte de armas.